El ruso Alexey Sychev fue el gran vencedor del Concurso Internacional de Piano

El ruso Alexey Sychev fue el gran vencedor del Concurso Internacional de Piano

El público que colmó el teatro San Martín en la velada del viernes aplaudió con fervor a los jóvenes intérpretes.

EL GANADOR. El pianista Alexey Sychev recibe los aplausos del público tucumano en el San Martín. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.- EL GANADOR. El pianista Alexey Sychev recibe los aplausos del público tucumano en el San Martín. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.-

El piano estuvo de fiesta. La velada del viernes, en un colmado teatro San Martín, coronó el talento y el esfuerzo de Alexey Sychev, Aristo Sham e Ilya Ramlav, ganadores, en ese orden, del II Concurso Internacional de Piano, organizado por la Universidad San Pablo-T y el Ente Cultural de la provincia. Ardua tarea tuvo sin duda el jurado, integrado por Nelson Goerner, Goran Filipec, Valentina Díaz Frenot, Estela Telerman y Celina Lis, dada la elevada jerarquía de los ejecutantes. El certamen que comenzó el lunes con la presentación del croata Filipec y concluyó ayer con un recital de Goerner, tendrá su epílogo hoy cuando los vencedores, como parte del premio, toquen en el Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires. Hubo menciones especiales para Raúl Canosa (España) y Fanny Monnet (Suiza).

Los pentagramas se abrieron con las Variaciones Gregorianas, obra temprana de Roberto Caamaño (1923-1993), en versión de Sham (Hong Kong), que obtuvo el Premio Alberto Ginastera, por esta pieza impuesta por el jurado. Estrenada por el propio músico argentino en 1953, el tema de su obra fue tomado del himno Crux Fidelis, que se canta en las celebraciones del Viernes Santo. Sham sorteó con naturalidad las dificultades técnicas que propone el tratamiento contrapuntístico y supo expresar los climas interiores y de búsqueda que surcan la breve composición. Un acierto recordar a este casi olvidado creador nacional.

Ilya Ramlav se zambulló en el Mi menor del opus 11 de Federico Chopin (1810-49). El ruso, egresado del Conservatorio Tchaikovsky, desplegó su sólida técnica en el popular concierto, partitura a la cual el polaco iluminó con poéticas turbulencias sentimentales. La versión lució equilibrada; un mayor caudal emocional en las urgencias del corazón tal vez hubiese enriquecido aún más su interpretación.

El crédito de Hong Kong volvió a escena. Con una importante trayectoria, este estudiante de una licenciatura en Economía y de una maestría en Música en Estados Unidos, despertó el Sol Mayor del opus 58 de Ludwig van Beethoven (1770-1827) en los primeros acordes.

Preguntas al destino

Considerado el más estremecedor de los cinco conciertos para el instrumento que compuso el maestro alemán, de los sutiles dedos de Sham brotaron la fuerza en el allegro moderato y al mismo tiempo, el inquieto recogimiento en la cadenza que dibuja tal vez las preguntas, dudas, los miedos del compositor ante el destino. El lirismo no tarda de adueñarse del andante con moto en el que solista y orquesta conversan con gravedad. Lejos del virtuosismo excesivo, el piano discurre ensimismado quizás rastreando los latidos de la luz.

El rondó final de gran exigencia técnica se hamaca con fervor en las manos chinas y también en el despliegue orquestal que cuenta al joven maestro Alejandro Jassán por conductor. Energía, grandeza, música pura, coronan esta obra que tuvo en Sham a un pianista de excepción.

El Mi bemol mayor de Franz Liszt (1811-86) pareció aquerenciarse rápidamente en los dedos de Alexey Sychev, el ruso, graduado en el Conservatorio Tchaikovsky y ganador también de varios premios en certámenes internacionales. Vértigo, endemoniadas octavas, brillantez, se adueñaron del teclado, sin que ello impidiera que el corazón húngaro echara a volar con fervor en los instantes de intensa pasión. Sychev exhibió un gran dominio del piano.

Tres pianistas diferentes, aunque el público sospechaba que la justa iba a dirimirse entre los dos últimos. Tal vez si Sham hubiese elegido Liszt, Rachmaninov o Tchaikovsky en el concierto final hubiese vencido. La música del Sordo de Bonn parece no cotizar en bolsa en los concursos, tal vez porque no es virtuosística y busca despabilar los aplausos del alma. Pero al mismo tiempo, de acuerdo con el orden en que tocaron los finalistas, se confirmó aquella afirmación bíblica que reza que los últimos serán los primeros.

El ruso Alexey Sychev, primer premio, obtuvo 6.000 dólares y una presentación en una de las salas del Teatro Colón; Aristo Sham (Hong Kong), segundo lugar, ganó 4.000 dólares, y 1.000 más por el Premio “Alberto Ginastera” de música argentina, e Ilya Ramlav (Rusia), el tercero, se hizo acreedor a U$S 2.000. Adicionalmente, los tres finalistas tendrán la oportunidad de ofrecer conciertos con orquestas y/o recitales en diversas ciudades argentinas durante la temporada 2020. Los tres actuarán hoy en el CCK, de Buenos Aires.

> Los premios
Los laureados actuarán en 2020 en diversas ciudades argentinas


El ruso Alexey Sychev, primer premio, obtuvo 6.000 dólares y una presentación en una de las salas del Teatro Colón; Aristo Sham (Hong Kong), segundo lugar, ganó 4.000 dólares, y 1.000 más por el Premio “Alberto Ginastera” de música argentina, e Ilya Ramlav (Rusia), el tercero, se hizo acreedor a U$S 2.000. Adicionalmente, los tres finalistas tendrán la oportunidad de ofrecer conciertos con orquestas y/o recitales en diversas ciudades argentinas durante la temporada 2020. Los tres actuarán hoy en el CCK, de Buenos Aires.

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