Las elecciones provinciales le dejaron a Mariano Campero (Vamos Tucumán) sabores opuestos. Por un lado, lo dulce de haber sido reelecto como intendente de Yerba Buena -por amplio margen- y de saber que, a diferencia de su primera gestión, contará con un Concejo Deliberante mayormente aliado para los próximos cuatro años. Por el otro, lo amargo de los resultados en el terreno provincial porque no fueron los esperados. En ese sentido, reiteró sus críticas hacia el sistema electoral actual, insistió con que Tucumán merece una reforma política y cuestionó a quienes pidieron abrir los acoples. Según interpretó, esto último les hizo perder fuerza legislativa en la provincia y les impidió ser la segunda fuerza (según el escrutinio provisorio, a ese lugar lo ocuparía Fuerza Republicana).
“El aparato provincial fue incluso superior a lo que nosotros calculamos. La estructura del aparato provincial pasó por encima por las comunas, por los municipios del interior y se lo hizo sentir a (José) Alperovich y a las otras fuerzas. También lo que dijeron otros de nuestros espacios para abrir tanto los acoples. Genera que se pierda mucho en términos legislativos y no seamos la segunda fuerza”, dijo el jefe municipal.
Desde un primer momento, el espacio que propuso a Silvia Elías de Pérez como candidata a gobernadora apeló por la estrategia de llevar acoples sólo en la Capital. Sin embargo, ante las presiones de distintos partidos, la senadora optó por habilitar colectoras en el Este y el Oeste.
Campero consideró que es necesario hacer autocrítica y repasar las decisiones implementadas. “Para poder enfrentarse con estructuras tan grandes hace falta una estrategia que permita darnos un valor cualitativo. En política, muchas veces las indecisiones se pagan medio caro. Tuvimos algunas indecisiones en todo el proceso y hay que hacer la autocrítica que hemos hecho. Hay que aprender; esto sirve para experiencia”, manifestó.
En ese sentido, el jefe municipal remarcó que para crecer es necesario tener una mirada colectiva en lo político para no pagar altos costos. “Al abrir tantos los acoples, en algunos municipios o comunas nos faltaron menos de 100 votos para llegar. Por menos de 100 votos no tuvimos un concejal en Lules o Las Talitas”, ejemplificó. Ya agregó: “creo que Tucumán merece una reforma política en el que se termine este festival de acoples y de una vez por todas tengamos procesos electorales decentes, como ocurre en el mundo. Ese es un objetivo importante en términos políticos y planteado desde lo que nosotros consideramos la nueva política”.
-¿Va a haber reforma política?
-Es difícil. Creo que va a venir una pelea bastante interesante donde (Osvaldo) Jaldo va a ser protagonista de que no se reforme, por miedo a que no haya (reelecciones) indefinidas porque él quiere ser gobernador. Ese elemento, así como ha sido condicionante del primer gobierno para la reforma electoral, ahora va a ser condicionante del segundo gobierno. Si nosotros somos gobierno en el 2023, sí vamos a hacer la reforma electoral.
-¿Qué sintió cuando se conoció que Miguel Ángel Pichetto va a acompañar a Macri?
-Me parece una buena jugada. Porque abre un poquito más el espacio. Y más me gusta porque al primero que se le hizo la oferta fue a Ernesto Sanz, y él es el que lo trajo a Miguel Pichetto. Y Sanz debe ser lo más estadista que hay en Argentina. Lo considero alguien muy importante para nuestra construcción, él ve cosas que los demás en nuestro espacio no ven. Tiene una decisión de vida tomada de no ocupar cargo políticos, pero sí de ayudar a los amigos, de estar presente. Como apreciación personal, al Gobierno le ha costado mucho el manejo del Senado, de las leyes. Salvando la escala, sería como a mí los primeros dos años (risas). Pichetto es un tipo que tiene 20 años en el senado, tiene una buena relación con todos. Hasta con la oposición.
-Pero hay un segmento importante que vota a Macri por no votar peronismo...
-La polarización está dada. Hay que ver con qué viene Pichetto. Ya es buena noticia que (Juan) Schiaretti salga con boleta corta, que el MPN en Neuquén también salga con boleta corta, que no tome posición de un candidato peronista. En términos de la visión de ampliar Cambiemos, que es lo que se planteó la Convención Radical, me parece una buena jugada si entienden que el gran problema estaba en el Senado, por lo poco que conozco. (Pichetto) es alguien que tiene mucha capacidad para poder conducir un Senado nacional. La crítica que hacen los analistas es que Macri se estaba recluyendo en un círculo chiquito. Hoy se muestra como el gran ampliador del frente. Creo que fue una movida teniendo en cuenta el movimiento del frente. Que Alberto Fernández sea (el candidato del PJ), creo que generó la idea de que el peronismo se va aglutinando. (Esta decisión) intenta romper eso.
-¿Qué espera Campero para estos cuatro años que se le vienen?
-El desafío de consolidar la transformación en Yerba Buena para demostrar que estamos en condiciones, no tan sólo en gestionar, sino también de aportar en Tucumán. Y lo queremos hacer desde el lugar de construcción de gestión; y no tan sólo de argumento político, sino también de las acciones que llevamos adelante. Creo que van a ser un poco más tranquilos que los primeros cuatro, sobre todo por el Concejo. Y porque al mantenerse el Gobierno de la Provincia, hemos logrado mantener una relación bastante civilizada con el ministro (Miguel) Acevedo, con Juan Manzur, y ellos saben que nosotros estamos para colaborar en Tucumán. Cuando nos metimos con la GUM (Guardia Urbana Municipal), era para colaborar para que entre todos la inseguridad. Cuando hablo de la SAT, lo hago también desde el lugar de municipalizar la SAT, pero lo quiero hacer para solucionar el problema, no para decir en el diario que se la saqué al Gobierno. El gran desafío nuestro es rompernos 20 horas al día los próximos cuatro años para hacer un salto cualitativo y dar lugar a una nueva generación de políticos que estamos dispuestos a transformar Tucumán.