La conformación de las listas para la Cámara de Diputados será distinta este año en Tucumán: por primera vez se aplicará la ley nacional de Paridad de Género, que establece que las nóminas de cada partido deben estar integradas en partes iguales por mujeres y hombres y que estarán alternados entre sí. “Somos más del 50% del padrón electoral y no podemos no estar representadas en los cuerpos legislativos. Las voces de las mujeres son importantes”, afirmó Adriana Guerrero, del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem).
La ley de Paridad de Género (27.412) fue reglamentada en marzo por el presidente, Mauricio Macri. Establece que las listas “deben integrarse ubicando de manera intercalada a mujeres y varones de modo tal que no haya dos personas continuas del mismo género” en una misma boleta. De esta manera, la legislación nacional garantiza la igualdad entre los ciudadanos establecida en la Constitución Nacional. La ley aprobada por el Congreso a finales de 2017 en base al proyecto de la peronista Liliana Fellner consagra “la igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos”.
Defensa de la ley
“Siempre la contraargumentación al cupo femenino y a la paridad fue la meritocracia: que quienes acceden un cargo deben merecerlo. Las cámaras están compuestas por un montón de personas que no tuvieron más mérito para acceder a la banca que tener los recursos económicos para acceder a esos cargos”, continuó Guerrero. Y agregó: “a las mujeres nos exigen una excelencia para ocupar cargos públicos que no se le demanda a ningún candidato varón. Es totalmente discriminador”.
“Estas medidas tienden a incrementar la representación de las mujeres en los cuerpos legislativos, porque la representatividad de las mujeres llevará luego al fortalecimiento de la agenda de género y de los reclamos por igualdad que representa el feminismo”, consideró Soledad Deza, abogada feminista de la fundación Mujeres por Mujeres. “La aplicación de la ley acompaña a contrarrestar un histórico reclamo del feminismo de que el mundo de la política, donde se toman las decisiones que rigen la sociedad, es integrado por hombres y se impide la participación de mujeres”, agregó.
En la misma línea, Hilda “Vicky” Disatnik, de la Casa de las Mujeres Norma Nassif, celebró la medida. “Es muy positiva la aplicación de la ley porque reconoce la disparidad histórica entre mujeres y hombres para ocupar lugares de poder o ámbitos de definición de leyes, que definen políticas públicas. Será importante también que luego, desde estos lugares, se alcance una impronta de defensa de los derechos de las mujeres. La política, a lo largo de la historia, siempre estuvo en manos de los hombres porque las mujeres han sido designadas por el sistema patriarcal al orden de lo privado, y hoy es un hecho contundente que las mujeres formamos parte de la vida pública, tanto en el mercado laboral como en la vida social en la faz política, pero eso no se expresa en la conformación de los congresos”, reflexionó Disatnik.
Tucumán fue pionera
La conformación equitativa de las listas entre mujeres y varones ya se aplicó en nuestra provincia hace más de 15 años.
En 1991 en la Legislatura había sólo una banca de 40 en poder de una mujer: la de la bussista Josefina Fariña de Ceballos. La ley nacional de cupo femenino se había aprobado en el Congreso en el 91 y obligaba a conformar las listas al menos con un 30% de mujeres. “Cladem trabajó para la sanción provincial de la ley de cupo (de septiembre de 1994). Como en ese momento surgió la Ley de Lemas, que habilitaba las colectoras -de manera similar a lo que ocurre con los acoples-, lo que ocurría era que rara vez una colectora ganaba más de dos bancas, y a las mujeres se las colocaba en lugares marginales de las listas donde no podían ser electas. En la reglamentación de la ley se instruyó que la conformación de las listas fuera alternada, con lo que Tucumán fue el primer distrito del país con la regulación de alternancia entre mujeres y varones. Cuando se reemplazaron los lemas por acoples en 2007 cayó aquel decreto reglamentario”, recordó Guerrero.
Pese al cupo femenino del 30%, en la Cámara provincial nunca se llegó a ese piso. Entre el 1995 y el 1999 hubo ocho legisladoras (20%); en el período 1999-2003 se elevó a 10 bancas ocupadas por mujeres (25%). En 2003, con los sublemas, hubo cinco legisladoras (12%). Con la Legislatura ampliada a 49 bancas, en 2007-2011 ingresaron 12 legisladoras, al igual que en la conformación 2011-2015, alcanzando el 24% del total. La conformación actual de la Legislatura tiene 11 mujeres en las bancas y para el período 2019-2023 hay apenas 10 mujeres -según el escrutinio provisorio-: el 20,4%.
“Lo que pasa es que los acoples casi siempre son encabezados por un hombre y suelen ganar una banca. Por eso, la aplicación de la ley de paridad -al menos a nivel 0 es tan importante”, finalizó Guerrero.