Los vecinos dicen que la mujer se desesperó cuando observó el video en el que aparecía su hijo de 14 años asaltando una agencia de Quiniela de Crisóstomo Álvarez primera cuadra. Entonces llamó al servicio 911 para informar que entregaría a su hijo por haber participado en ese robo. Los uniformados llegaron a los pocos minutos y se lo llevaron. La Justicia dispuso que sea alojado en el Instituto Roca.
“Él es como uno de los tantos chicos que los ves jugando a la pelota y, por juntarse con malos, terminan en la mala vida. La familia es excelente y por eso lo entregaron. Estaban cansados de que se metiera en problemas, no tan graves como este”, dijo María Luisa de Jiménez, vecina de barrio Sur, donde vive el adolescente.
El martes por la noche, el jovencito ingresó a la agencia de juego junto con otro chico de la misma edad. “Me sorprendió de que fueran tan chicos y uno apuntándome con el arma. Fue fuerte y no supe cómo reaccionar”, explicó Fernando Pacheco, propietario del local.
El comerciante seguía ayer sin recuperarse del ataque. “Me pareció muy rara esa actitud; le pregunté qué buscaba y no me decía nada. En eso, entró otro chico ya un poco más alto y parecía más grande. Sacó un arma del pantalón y me apuntó pidiéndome la plata”, agregó.
Muy bajito
El quinielero contó que ni siquiera podía mirarlo bien al niño por su baja estatura. “Eso es lo que más me movilizó. Que sean chiquitos los que se animen a entrar, robar y encima cargando un arma”, describió.
El mayor de los asaltantes, mientras amenazaba a Pacheco, sacó el dinero que había en uno de los cajones donde suelen dejar el cambio del día, puesto que ya habían retirado la recaudación de la jornada.
Luego, a pesar de que el quinielero les dijo que no tenía más nada, lo seguían amenazando y le quitaron el teléfono celular. Pacheco dijo que, aunque estaba aturdido por el ataque, pudo ver que afuera había dos personas que estaban haciendo como de “campana”.
“A esa hora acá no hay nadie porque todos los comercios cierran e incluso nosotros estábamos ya por cerrar y justo ellos entraron. Vi que había dos chicos más en la vereda”, añadió.
La Policía demoró a los dos adolescentes. Fueron llevados ante el juez de Menores Federico Moeykens, mientras los agentes continúan buscando al que sacó el arma y que, según la información que consiguieron, sería mayor de edad.
El hijo de la mujer que llamó a la Policía, pese a ser inimputable, fue trasladado al Roca. Hasta tanto el juez se entreviste con los padres y resuelva qué medidas tutelares deberá cumplir, permanecerá alojado allí en un sector preparado para que no tenga contacto con los otros adolescentes y mayores internados allí.
Deberá asistir a clases, recibir tratamiento psicológico para él y para toda su familia. Mientras tanto, los trabajadores sociales deberán elaborar un informe socioambiental.
El otro adolescente, al no haber pruebas en su contra, fue entregado al cuidado de sus padres. Sin embargo, deberá presentarse a una entrevista para que se resuelva si se le aplicarán medidas tutelares.
“Los chicos del barrio son usados por los mayores. Los llevan por la mala vida. Les hacen creer que pueden vivir de eso y después los hacen robar para ellos. Desgraciadamente los usan desde que son muy chicos”, explicó Mariano Herrera, vecino del adolescente. (Por Luciana Nadales)