Por Franco Fogliatta
Mediante la última Resolución de la Secretaría de Energía, se aumentó en 2,8% el precio del bioetanol de la caña de azúcar, llevando el valor para junio a $ 24,073/l (unos U$S 0,52/l al cambio de $ 46). Corresponde señalar que los 120 cc de etanol por litro de nafta, significan $ 2,88/l, y que en relación al precio del combustible “súper” ($ 47) tiene una incidencia del 6,12%. El valor del etanol de maíz subió 2,5%, llegando a $ 21,801/l. Estos aumentos parecen insuficientes para la industria, al extremo que hay recursos de amparo presentados por una empresa de Jujuy por la fórmula para fijar el precio del producto y al que se podrían adherir los industriales tucumanos. Trascendidos desde Buenos Aires señalan que en energía preparan una nueva fórmula de cálculo e inclusive se prevé presentar un proyecto de Ley ante el Congreso. La información no aclara si es para modificar la Ley 26.334, para producir etanol de la caña de azúcar, siendo así el único cultivo en el país con una ley propia con ese fin. Así venía a complementar a la Ley “madre” de los biocombustibles, la 26.093, que por causas del Decreto Reglamentario N°109/2007, las destilerías nuestras podían quedar fuera del alcance de dicha Ley. El tema se enmendó con otra norma. Con estos nuevos valores, el precio de la bolsa del “azúcar equivalente” llega a $ 671,72, si nos llevamos del esquema de trabajo según el convenio firmado en Buenos Aires, en junio 2017, por algunas entidades cañeras y la industria.
Lo interesante de todo esto es poder comparar con el valor del azúcar crudo exportación. Para el 27/05, el valor del crudo según Contrato 11 de la Bolsa de Nueva York, había descendido desde U$S 12,30/libra, en abril, a U$S 11,66, y el blanco (Contrato 5 de Londres) bajó de U$S 340,10/t a U$S 324,40. El valor de la bolsa de 50 kg crudo vagón ingenio sería de $ 588,80, menor que la bolsa del equivalente azúcar-alcohol. Por eso se debería prestar más atención al bioetanol y bregar para llegar al 15% de mezcla como era hace 40 años. Después vendrá la etapa para eliminar el oxigenante de las naftas provenientes del metanol (para mejorar el octanaje), pero como deja un residuo cancerígeno se lo está prohibiendo en los principales países, y así tendrá más lugar el etanol y con mejores propiedades. Esto lo demostró un estudio técnico-científico del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Facet-UNT. Así lo hizo Brasil hace unos 70 años, mediante su plan “pro-alcohol”, según informó la Agencia Nacional de Petroleo, Gas Natural e Biocombustiveis, que regula con Resoluciones que actualiza cada 4 años y aún rige la de 2015. Su mezcla llega al 27%. De todas formas, los precios dados anteriormente son menores al valor del azúcar blanco “A” del mercado interno, pues según Cactu para junio el precio “aceptable” de la bolsa 50 kg estaba entre $ 900 y $ 920, tomado como punto de equilibrio, y siendo bajo menos de $ 875. Parece más razonable consolidar el bioetanol y tomar alivios tributarios para la exportación de azúcares y así el mercado interno estará más firme, que es lo que interesa. Vaya como comparación que el gobernador reelecto de Córdoba otorgó exenciones impositivas y tributarias a la empresa ACA-BIO por haber invertido U$S 53 millones en ampliar su destilería de etanol de maíz para convertirse en una de las más grandes del país.
En EEUU hacen lo mismo -pero con subsidios directos por galón producido- para las destilerías de maíz, y así se consolidaron como principales productores mundiales con 50 millones de m3/año y no se ruborizan. Brasil no quiere quedarse atrás y fue una sorpresa escuchar en una reunión técnica aquí (2018), que iniciaron en el Matto Grosso un polo de producción de 55 millones de tn de maíz para destilación del etanol y así volver a los primeros lugares, sumando los 35 millones de m3 provenientes de la caña de azúcar. Todo esto se hace pensando en las últimas proyecciones que hizo FAO para 2020-22, cuando pronostica que el mundo va a necesitar 125 millones de m3 de etanol/año para biocombustibles, donde los principales importadores serían EEUU, UE, Japón, etcétera, pero, a su vez, señala los países que están preparados para el desafío de ser exportadores (Brasil, China y Tailandia). La destilación del alcohol conlleva el tema del contaminante vinaza, pero eso tiene soluciones con la industrialización de la misma, ya sea para producir fertilizantes potásicos, o hacer biogas, o como fuente energética para calderas.