Horas después de que la Policía secuestrara importantes pruebas en la investigación por el crimen del portero Julio Alberto Almirón, ocurrido hace poco más de un mes, se reconocía al principal sospechoso del homicidio a través de testigos sometidos a una rueda de reconocimiento.
El 28 de abril, cerca a las 6 de la mañana, la víctima regresaba de una fiesta, junto con su sobrina Cecilia Almirón (18) y su cuñada Ramona Lazarte (60) en una Honda CG 150. Cuando transitaban por la avenida Pedro Miguel Aráoz, a la altura del pasaje García Hamilton, fueron atacados por motochorros. Los asaltantes, después de quitarles el rodado, les hicieron disparos y el hombre recibió un balazo en el abdomen. Almirón, que se desempeñaba como portero de un edificio de Marcos Paz al 700, fue internado y murió una semana después.
“Yo manejaba. Vi por el espejo retrovisor que se acercaban dos personas. De repente nos apuntaron en la cabeza y mi tío no se quería bajar”, contó la chica. Por su parte, Ramona, la cuñada, relató que en ese momento ella le insistió al señor que se bajara de la moto y la entregara. “Le dije ‘¡dale Almirón, después compramos otra moto!’. Desciendo del rodado y veo que el chango retrocede unos cinco metros y coloca el dedo en el gatillo. Grité ¡no! Y ¡pum! Disparó dos veces”, recordó la mujer.
La investigación
Personal de la división Homicidios, al mando de los comisarios Cristian Peralta y Diego Bernachi, con base en los testimonios recogidos, comenzó a perseguir a una banda de jóvenes oriunda del barrio San Cayetano y que se especializaba en robo de motos. Así lograron detener a Pablo “Orejudo” Lezcano.
El martes, los pesquisas realizaron varios allanamientos en el barrio. Secuestraron teléfonos celulares y una moto que podría haber sido utilizada en el atraco. Horas después, el sospechoso fue identificado como uno de los jóvenes que participaron del crimen. La fiscala Adriana Giannoni, que lleva adelante la causa, analiza nuevas pruebas para tratar de identificar a los otros miembros del grupo.