PARÍS.- Ni Adolf Hitler ni sus principales estrategas pudieron evitar el desembarco de los Aliados en las playas de Normandía hace 75 años, en una grandiosa invasión que marcó el camino para poner fin a la dominación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. El 6 de junio de 1944, 1.200 aviones, seguidos por 5.000 embarcaciones de todo tipo y con la asistencia de soldados estadounidenses, británicos y canadienses, participaron en la “Operación Overlord”, considerada el mayor despliegue militar aeronaval de la historia.
La operación pretendía crear una suerte de pinzas sobre las tropas alemanas, porque por el este avanzaba el Ejército Rojo de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Así, más de 200.000 soldados cruzaron el canal de la Mancha y desembarcaron la mañana del 6 de junio en varias playas de Normandía. Los estadounidenses desembarcaron en las playas de Utah y Omaha; los británicos, en Amandy, y los canadienses, en Juno. La resistencia alemana fue de tal magnitud que se estima que unos 10.000 soldados aliados murieron en los primeros combates, cuando alrededor de 70.000 alemanes los esperaban en las costas francesas.
La decisión de invadir Francia se tomó durante la conferencia de Teherán, entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre de 1943, adonde asistieron el líder soviético, Joseph Stalin; el primer ministro británico, Winston Churchill, y el presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt.
Los altos mandos designaron al general estadounidense Dwight D. Eisenhower como comandante supremo del cuartel de los Aliados, y el general inglés Bernard Montgomery fue nombrado comandante del 21º Grupo de Ejércitos, que reunía a todas las fuerzas terrestres que tomaron parte en el ataque.
En los meses que condujeron a la invasión, los Aliados llevaron a cabo la “Operación Guardaespaldas”, que consistía en usar información electrónica para burlar a las fuerzas de ocupación nazi. Hitler, por su parte, había puesto al mariscal de campo Erwin Rommel a cargo de desarrollar las fortificaciones para prevenir una posible invasión.
Durante las primeras semanas, los Aliados fracasaron en su intento de establecer una cabecera de playa. Recién ganaron tenacidad cuando capturaron el puerto de Cherburgo, el 26 de junio, y la ciudad de Caen, el 21 de julio.
Los Aliados lanzaron una segunda invasión desde el mar Mediterráneo, en el sur de Francia, el 15 de agosto, y luego avanzaron por territorio francés hasta París. Entraron a esa ciudad el 25 de agosto de 1944. Las fuerzas alemanas se retiraron al este del río Sena cinco días después, el 30 de agosto, hecho que puso fin a la “Operación Overlord”.
La Alemania de Hitler se rindió ocho meses después, el 6 de mayo de 1945, cuando el general Hermann Niehoff entregó la guarnición alemana de Breslavia.
La noche del 5 de junio, mientras se preparaba el desembarco en Normandía, Churchill no estaba totalmente convencido de que la operación fuera una buena idea y temía que lo despertaran de madrugada para comunicarle un desastre. Muchos pensaban que un eventual fracaso fortalecería a Hitler, cuya influencia estaba en declive entre los propios alemanes.
Sin embargo, el 5 de junio de 1944 la BBC de Londres retransmitió unos versos del poema “Canción de otoño”, del poeta francés Paul Verlaine:
Los largos sollozos de los violines del otoño
hieren mi corazón con una monótona languidez.
Era la señal que esperaba Churchill para saber que el desembarco ya estaba en marcha. (Télam)