La cara de decepción y bronca que puso Cristina París Stolsmo Hegerberg, más conocida como Ada Hegerberg, cuando en medio de la ceremonia por el Balón de Oro le preguntaron si sabía “perrear” fue una especie de aviso para lo que vendría después…
En diciembre de 2018, la noruega de 23 años delantera de Lyon de Francia, se convirtió en la primera y única mujer en la historia en haber obtenido el premio más importante a nivel personal, repetidísimo en las vitrinas de Lionel Messi y otros grandes futbolistas varones. A pesar de tremendo logro, la primera pregunta que tuvo que enfrentar en el escenario fue absolutamente sexista y no solo la respondió con un rotundo no, si no también con esa postura de mujer harta del machismo.
Meses después, en la antesala del Mundial de Fútbol Femenino que arrancará este viernes en Francia, el nombre de Ada no figuró en la lista de convocadas de la Selección Noruega.
La mejor jugadora del momento, la máxima estrella del fútbol femenino, decidió no participar de la competencia de elite. Sin duda resultaba una gran pérdida no solo para su equipo (Ada es la máxima artillera con 38 goles) sino también para el marketing y el negocio que gira en torno a un evento como el Mundial. Pero Hegerberg tuvo un motivo más que valedero para dar un paso al costado y dejar pagando a los empresarios.
“Todavía las mujeres no somos tratadas igual que los hombres. No todo es sobre el dinero. Se trata de la preparación, de actuar, del profesionalismo, puntos muy claros que presenté directamente cuando tomé mi decisión", reiteró la artillera cuando le fueron a consultar sobre el motivo de su negativa.
La futbolista tomó esa postura cuando Noruega fue eliminada de la Eurocopa 2017, y no la cambió. Se mantuvo firme aún cuando era una fija en la lista mundialista del entrenador Martin Sjogren, y hasta cuando la Federación Noruega de Fútbol y el sindicato de futbolistas de ese país firmaron un histórico acuerdo para que el salario de las mujeres sea igual al de los varones.
“No todo es sobre dinero”, insistió la delantera, recalcando que el machismo en el fútbol va mucho más allá de las diferencias en las cuentas bancarias. "Sé lo que quiero y conozco mis valores, por lo tanto es fácil tomar decisiones difíciles cuando uno sabe cuáles son las ambiciones y cuáles son los valores que defiende. Se trata de ser sincera contigo, ser tú misma", le contó Ada a la BBC.
A Sjogren no le quedó otra que aceptar la decisión sin hacer demasiado ruido. "Tratamos de solucionarlo, tuvimos reuniones, pero Ada decidió no jugar. Respetamos eso y trabajamos fuerte con las otras jugadoras. Ella es un gran nombre en el deporte y por supuesto que sería un gran aporte a nuestro equipo, si quisiera ser parte de él", declaró el DT.
La ola feminista en el fútbol
Sin duda muchas elucubraciones surgirían si trasladáramos lo que pasó en el fútbol noruego al fútbol argentino.
¿Qué diríamos si Messi, el mejor jugador de la Selección, se negara a jugar un Mundial a modo de protesta para reclamar un derecho? ¿Y si la AFA imitara a su par noruego y firmara un acuerdo para que mujeres y varones cobren lo mismo?
El caso de Macarena Sánchez, la primera futbolista argentina en reclamar ante la ley la falta de igualdad de género de su ex equipo (UAI Urquiza), marcó un antes y un después en el fútbol femenino del país. Su postura derribó una pared y, meses más tarde, la AFA decidió profesionalizar el fútbol de Primera.
Detrás de Macarena se enfilaron miles de futbolistas a lo largo y ancho del país, demostrando que no quedarse callada y plantarse ante el machismo, aunque lleve tiempo, son un primer paso a la conquista de derechos. Lo que Ada Hegerber buscará cuando en el inminente Mundial de Francia su foto no aparezca en los grandes carteles.