La familia que vive en un motorhome y cría a sus hijos en el camino

La familia que vive en un motorhome y cría a sus hijos en el camino

Tienen cuatro niños pequeños. Iniciaron el viaje hace cinco meses. Su destino final es Alaska

EL VEHÍCULO. Es un antiguo colectivo de 1959, devenido en casa rodante. instagram familiasinfronteras EL VEHÍCULO. Es un antiguo colectivo de 1959, devenido en casa rodante. instagram familiasinfronteras
29 Mayo 2019

“¡Bienvenidos a bordo!”, saluda Geraldine Chapochnick mientras abre la puerta de “La Indomable”. Una imponente casa rodante estilo vintage que se convirtió -desde hace ya cinco meses- en el nuevo hogar de este intrépido matrimonio, decidido a recorrer el mundo sobre ruedas y educar, en el camino, a sus cuatro hijos.

¿Cómo empezó la aventura? “Fue un proceso de desestructuración complejo. De cuestionarnos la forma de vida que llevábamos y lo que queríamos a futuro en relación a la educación de nuestros hijos y temas laborales”, afirma Geraldine, madre de la tribu viajera, payaterapeuta y doula. Con ese chispazo como punto de partida, sólo bastó traspasar esas ganas de cambio a una fecha límite sobre el calendario. Los pasos quedaron claros: desarmar la casa que tenían en Buenos Aires, vender todos los muebles y decirle adiós a su antigua vida para “vivir y criar viajando”.

Un día cualquiera

Lejos de la imagen de unas vacaciones eternas, cuando se vive en una casa rodante lo que ocurre es que la rutina de todos los días se comprime a un espacio de nueve metros.

Al ser la hora del desayuno, el actor y maestro de artes marciales Mariano Juchnowicz aprovecha el quiosco que hay en la esquina de la plaza San Martín (lugar donde yace estacionado el motorhome desde el domingo) para comprar un paquete de galletas.

Estar juntos 24 horas al día, ¿qué tan complicado puede ser?

“Tiene sus lados buenos y sus lados...”, intenta definir Mariano.

“Malos”, completa Yehuda (7) antes de salir disparado hacia la habitación para jugar a los legos con su hermano Noam (6).

“No. Diría difíciles -continúa Mariano-. A veces uno necesita algún tiempo de calma, pero constantemente hay movimiento. Aunque tampoco volvería a vivir de otra manera”.

Sin embargo, ni bien termina su frase es interrumpido por la risa de Mahor (1) -el más pequeño del clan- que acaba de hacer puré una magdalena. Mientras tanto, Luba (4) coloca sobre la mesa llena de migas varios esmaltes y comienza a pintarse las uñas.

POSTAL. Los viajeros aprovechan su último día en Tucumán antes de partir. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.- POSTAL. Los viajeros aprovechan su último día en Tucumán antes de partir. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.-

La logística

Para que este búnker sobre ruedas se adaptase a las necesidades de la familia hubo que darse maña. Al hacer el recorrido, lo primero que encontramos es el living, con dos sillas portabebés que hacen de asientos y un sillón giratorio para el copiloto o el resto de los comensales.

En el pasillo, una litera con almohadones infantiles de emojis se enfrenta al reflejo de un sinfín de cepillos de dientes que asoman desde el baño, una heladera mimetizada con su empapelado de madera y un horno a gas. Por último (y al fondo) la cama matrimonial se pega a una cuna que antes hacía de baúl, un ropero y varias cajoneras.

Educación viajera

En relación a los más pequeños, si bien disfrutan al máximo las salidas: playa y surf donde hay mar o trekking en la montaña, ninguna de estas actividades impide los momentos dedicados al estudio.

“Educar es más complejo que sólo asistir a la escuela y poder cambiar nuestro estilo de vida nos dio la oportunidad de desarrollar nuevos hábitos. Este viaje está lleno de estímulos para ellos, las actividades que hacemos y cada toma de decisiones consciente forma parte del aprendizaje”, argumenta Geraldine.

Además, para evitar problemas futuros, la familia se encuentra inscripta en un sistema de escolarización a distancia.

Libres y sin mapa

Desvíos, cambios de planes, estadías más largas… tal como cita el póster del living “cuando uno es todoterreno, sobran los caminos”. ¿Cuál fue el itinerario durante estos últimos meses?

El trayecto comenzó en Brasil con un rumbo fijado hacia el sur. Pasando por una infinidad de pueblos costeros hasta llegar a San Pablo y Foz de Iguazú. Después vino el giro rutero por Misiones, Corrientes y Santiago del Estero para terminar en nuestra provincia y con ganas de conocer los Valles.

“Lo más interesante del viaje son las personas que vas conociendo y las historias de vida que escuchás. Cualquiera puede admirar paisajes hermosos en Instagram pero vivenciarlos es otra cosa y tiene que ver con la energía de la gente”, reflexiona Geraldine. Por lo pronto, hoy toca despedirse de Tucumán y levantar campamento para continuar hacia Bolivia y Perú. Su última parada es Alaska, pero hasta entonces, el kilometraje de “La Indomable” no para de sumar experiencias.

“¿Qué buscamos? A medida que avanzamos hay momentos y situaciones que nos brindan las respuestas. Eso es lo que hacemos, intentamos descubrir -en familia- lo que realmente deseamos para nuestra vida”, reflexiona Mariano.

> El secreto para seguir viajando por varios meses

Ante el ambicioso objetivo de visitar los países más importantes de América, la falta de dinero puede convertirse en un impedimento para perpetuar el viaje a futuro. ¿Cómo hace esta familia para enfrentar los gastos diarios que implica la comida y el combustible? La respuesta responde a la personalidad multifacética de Mariano y Geraldine (ambos actores) y a los distintos espectáculos que presentan en plazas, parques y eventos infantiles. Además, si la estadía en una determinada provincia se alarga, también realizan conferencias motivacionales donde exponen su situación y ayudan a otras personas a perseguir sus metas. Por otro lado, su página de Instagram (@familiasinfronteras) y su canal de YouTube son dos plataformas importantes para conocer gente dispuesta a ayudarlos o que haga de enlace para seguir con el recorrido.
También, ante cualquier urgencia, la familia cuenta con un dinero mensual producto del alquiler de un departamento en Chile, país de donde es oriunda Geraldine.

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