El presidente Mauricio Macri participó esta mañana del tradicional Tedeum en la catedral metropolitana por el 209° aniversario de la Revolución de Mayo, que fue celebrado por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Poli, quien pidió ir a "un gran pacto nacional dejando de lado los intereses sectoriales" de cara a las próximas elecciones nacionales de octubre.
Macri llegó poco antes de las 10 para participar de la ceremonia, luego de recorrer a pie por la avenida Rivadavia el trayecto que separa la Casa Rosada de la catedral metropolitana junto a la primera dama Juliana Aguada, la vicepresidenta, Gabriela Michetti y los integrantes del gabinete nacional.
Tras ser recibido por el cardenal Poli, Macri se dirigió al mausoleo donde descansan desde 1880 los restos del General José de San Martín, donde colocó una ofrenda floral antes de escuchar la homilía.
Al hablar en la homilía, Poli sostuvo que "cada cita electoral es una oportunidad para volver a las fuentes y a los puntos de referencia que incitan a la justicia y el derecho, y estamos convencidos de que la buena política está al servicio de la paz, que respeta y promueve los derechos humanos fundamentales, que son deberes recíprocos".
El arzobispo de Buenos Aires sostuvo que "el poder sólo tiene sentido si está al servicio del bien" y destacó la necesidad de "ir hacia un gran pacto nacional, con mirada amplia y generosa, dejando de lado mezquinos intereses sectoriales, con una propuesta superadora de todo partidismo y fracción con la conciencia de que la unidad prevalece sobre el conflicto, y que la realidad es más importante que la idea".
Poli llamó a este acuerdo "un gran pacto de honor jerarquizando la política con justicia paz y trabajo", que busque el encuentro " y "como hermanos en la tarea de reconstruir la nación", para que "la esperanza sea objetiva", a la vez que pidió a los principales referentes políticos que formen parte de ese gran pacto nacional, donde dijo "todos son más que las partes".
Luego de escuchar la homilía, y en el último tramo de la ceremonia, el Presidente Macri leyó una plegaria por la Patria, oración a la que se unieron líderes de diferentes cultos presentes en el país y representantes de instituciones religiosas.
"Señor haz de nosotros un instrumento de tu paz: donde hay odio pongamos amor, donde hay ofensa pongamos perdón, donde hay discordia, unión; donde hay duda pongamos fe, donde hay desesperación pongamos esperanza, donde hay tinieblas pongamos la luz, no buscando tanto ser consolados como consolar", pidió Macri en su oración.
Y llamó a "ser comprometidos como comprender, ser amados como amar, porque dando se recibe; olvidándose de sí es que uno se encuentra. Perdonando se encuentra el perdón, muriendo se resucita a la vida eterna", concluyó.
La ceremonia finalizó con la entonación de las estrofas del Himno Nacional, tras lo cual el jefe del Estado se trasladó a pie al Cabildo, sobre la calle Bolívar, para la presentación de la propuesta para declarar Patrimonio de la Humanidad a las Rutas Sanmartinianas.
De la homilía participaron además el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodrìguez Larreta; el presidente Provisional del Senado, Federico Pinedo; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, así como el jefe de gabinete, Marcos Peña.
También estuvieron presentes los ministros Oscar Aguad (Defensa), Carolina Stanley (Desarrollo Social), Alejandro Finocchiaro (Educación), Nicolás Dujovne (Hacienda), Germán Garavano (Justicia), Patricia Bullrich (Seguridad) y Guillermo Dietrich (Transporte), y otros funcionarios de primera línea.
Macri llegó al templo momentos antes de las 10 tras recorrer a pie, por la avenida Rivadavia, el trayecto que separa la Casa de Gobierno de la Catedral.
A su paso, recibió honores de sendas formaciones de la Fanfarria Alto Perú y del Regimiento Granaderos a Caballo General San Martín apostadas en el lugar.