Que el Abierto del Norte, uno de los torneos más tradicionales del país, se lleve a cabo en Tucumán siempre es una gran noticia, pero más aún cuando hasta hace muy poco, la posibilidad de que la edición de este año -la número 53- no se hiciera era bastante concreta.
César Monasterio se confiesa feliz en triple frente: como tucumano, como golfista y como presidente del Tour Argentino de Profesionales. “Me hace muy feliz que el torneo haya vuelto a Tucumán. Personalmente, quiero destacar el esfuerzo de Jockey Club para que el torneo finalmente se lleve a cabo, a pesar de que el país está pasando por una situación difícil, y también el apoyo del Gobierno provincial, ya que sin eso no hubiera sido posible”, remarcó Monasterio.
“Yo también estoy muy contento, porque recién esta semana nos dieron la noticia de que el torneo se iba a hacer. Todos están entusiasmados, desde los jugadores hasta los vecinos”, agregó Jorge Monroy, que tendrá la posibilidad de revalidar el título que conquistó en 2018.
Precisamente, la edición del año pasado fue la que marcó el regreso de la competencia a suelo tucumano, tras una larga ausencia: por diferentes motivos, entre ellos económicos, el Abierto del Norte se disputó durante varias temporadas fuera de Tucumán entre 2012 y 2017. En ese lapso, Salta lo alojó dos veces. Era de esperarse que el regreso de lo que Tucumán considera parte de su patrimonio deportivo de excelencia fuera tan celebrado.
Para “Okín” resulta también una revancha. “Hace mucho tiempo que no lo puedo jugar en Tucumán. La última vez fue en 2011, y de ahí lo jugué en Salta en 2015. El año pasado no pude estar porque tenía muchos compromisos afuera, pero ahora estoy en mi casa, así que estoy ansioso por participar de un evento tan importante y lleno de recuerdos”, describe Monasterio.
Tranquilidad
Para Monroy también será una edición particular, porque llega como campeón vigente, y eso siempre representa una dosis extra de presión. El único que tiene algo para perder es el que lo ha ganado, y él tendrá el desafío de defender su título.
“La presión siempre está, pero trato de controlarla. Es un torneo que todos quieren ganar, pero nos venimos entrenando muy bien, así que estamos tranquilos”, asegura Jorge, que de todos modos no necesitaba demasiado para estar más sereno que en la edición anterior, cuando lo aquejaron ciertos problemas personales muy significativos. “La verdad, hasta el día de hoy no sé cómo hice para ganar ese torneo, porque tenía la cabeza en cualquier parte, no estaba enfocado. Iba y venía al hospital a verlo a mi viejo. Fueron días muy difíciles, por eso cuando gané el torneo, me largué a llorar, porque fue una descarga tremenda. Simplemente intentaba pensar lo que solemos decir los golfistas: “acá viniste a hacer lo que te gusta, así que a los problemas dejalos para el hoyo 19’”.
Cuna de talentos
Tanto Monasterio como Monroy hacen énfasis en la posición de Tucumán como cuna de grandes golfistas. “Somos la provincia más chica del país, pero estamos entre las mejores en cuanto a calidad y cantidad de profesionales. Si uno se pone a analizar la cantidad de triunfos nacionales e internacionales que han traído jugadores de esta provincia, como Jorge, “Sapo” (César) Costilla, “Pigu” (Andrés Romero), Nelson (Ledesma) y todos los demás, no hay discusión. Ahora queda trabajar para que los clubes vuelvan a abrirle la puerta a los caddies, porque muchos talentos surgieron de ahí. Es un tema que estamos tratando con la Asociación Argentina, pero todavía lo tenemos pendiente”, se compromete Monasterio.