Idas y vueltas del Himno Nacional

Idas y vueltas del Himno Nacional

Ayer se conmemoró el día de nuestra canción patria. La versión original fue rechazada por la sociedad porteña, y la Asamblea del Año XIII buscó una variante haciendo competir a dos proyectos. La versión ganadora combinó el talento de un humilde músico con el de un político de destacada trayectoria. El himno tuvo sus cambios a lo largo del tiempo y fue objeto de fuertes disputas.

12 Mayo 2019

Por Félix V. Lonigro

PARA LA GACETA - BUENOS AIRES

El 22 de julio de 1812, poco más de dos años después de producida la llamada Revolución de Mayo, el Primer Triunvirato solicitó al Cabildo la elaboración de una imponente y majestuosa marcha patriótica que se cantara en todos los espectáculos públicos y a la que los espectadores debieran escuchar y entonar de pie, como símbolo de respeto. El Cabildo encomendó la tarea a uno de sus miembros, Manuel José García, quien a su vez requirió para ello la colaboración del sacerdote, periodista y poeta Cayetano Rodríguez.

El fray redactó la letra del himno y el Cabildo la aprobó de inmediato, ordenando que se hagan las gestiones para musicalizarla, tarea que se le encomendó al músico español Blas Parera Morat. Cuando el español terminó de musicalizar la letra previamente elaborada por Cayetano Rodríguez, el Cabildo también la aprobó, y la canción patria se estrenó el 1 de noviembre de 1812 en la sede del mismo Cabildo.

Pero hubo un problema: el himno no tuvo acogida en la sociedad porteña. Tal vez no tanto por la música sino por la letra. Por ello, al año siguiente, la Asamblea del Año XIII decidió reformular la canción patria, pidiéndole, por un lado al mismo fray Cayetano Rodríguez que modifique el texto original, y por otro lado encargándole la misma tarea a Alejandro Vicente López y Planes, con la idea que ambos elaboren textos por separado y luego, comparándolos, se escoja al mejor.

Los dos personajes presentaron sus proyectos y finalmente la Asamblea del Año XIII seleccionó el de Vicente López, confiando nuevamente su musicalización a Blas Parera Morat, quien en esta segunda ocasión tuvo algunos reparos en cumplir con el pedido, ya que la letra del nuevo himno contenía párrafos agresivos respecto de España, y Blas Parera era justamente español. Se dice que lo invadieron las dudas durante varios días y terminó negándose a musicalizar el texto de Vicente Lopez, lo cual fue considerado un agravio para las autoridades, las que lo habrían presionado a cumplir con el requerimiento. Lo cierto es que Blas Parera cedió, y se apresuró a ponerle música a la nueva letra elaborada por Vicente Lopez.

Perfiles diversos

Lo curioso es que el Himno Nacional unió a dos sujetos con una trayectoria muy diferente, porque mientras Vicente Lopez y Planes tuvo una extensa actuación en la vida política del país (entre otros cargos, fue ministro de Hacienda del Primer Triunvirato, diputado en la Asamblea del año 1813, presidente provisional de la Argentina cuando Bernardino Rivadavia renunció a la presidencia en 1827), Blas Parera era un humilde músico y compositor español radicado en Buenos Aires, que se ganaba la vida tocando el órgano en la Catedral Metropolitana y otras iglesias porteñas. Además era profesor de música en el Colegio de Niños Expósitos (que albergaba a chicos huérfanos) y fue allí donde conoció a Facunda del Rey, una niña de quince años con la cual contrajo matrimonio, y con la cual tuvo un hijo. La cuestión es que, cinco años después de haberle puesto música a nuestro fantástico himno nacional, Blas Parera regresó definitivamente a España con su joven esposa e hijo.

A diferencia de la primera canción patria cuya letra escribió Cayetano Rodríguez, la nueva versión elaborada por Vicente López tuvo una gran aceptación popular, pero con los años se le produjeron modificaciones, tanto en la letra como en la música.

Respecto de la letra, durante la segunda presidencia de Julio A. Roca, se firmó un decreto ordenando que se eliminen algunos versos agresivos respecto de España, tales como “y a sus plantas rendido un león”, “el orgullo del vil invasor”, “y con brazos robustos desgarran al ibérico altivo león” o “aquí el fiero opresor de la Patria, su cerviz orgullosa dobló”, y que solo se entonen solo los cuatro primeros versos, los cuatro últimos y el coro. Desde entonces los argentinos entonamos la versión recortada del himno, respecto de su original elaborado por Alejandro Vicente Lopez y Planes.

Vale la pena destacar que, en la letra del Himno Nacional, Vicente López utiliza por primera vez, desde 1810, la palabra “argentinos”, para referirse a los habitantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Este dato es curioso, porque oficialmente se utilizaba ese nombre y Provincias Unidas del Sud. Recién en la Constitución de 1826 se utilizó por primera vez, oficialmente, la expresión “República Argentina”.

Cambios

En lo relativo al aspecto musical, la historia de nuestra canción patria también tuvo sus idas y vueltas, ya que fue sufriendo arreglos de adaptación para diferentes instrumentos musicales que terminaron alejándola de la partitura original de su autor español. En este sentido la adaptación más relevante la realizó, en el año 1860, el pianista y compositor Juan Pedro de Esnaola, quien le dió a la versión original de Blas Parera una estructura musical más orquestal, lo cual a su vez le confirió mayor grandilocuencia a nuestro himno.

Sin embargo, a pesar de la popularidad que tuvo esta versión durante los 65 años siguientes, el presidente Marcelo Torcuato de Alvear creó una comisión integrada por los compositores Floro Meliton Ugarte Rivero, Carlos López Buchardo y José André, para que elabore una versión musical definitiva del himno nacional argentino. Al realizar la tarea de investigación, la comisión encontró, en el Museo Histórico Nacional, la partitura original de Blas Parera, que hasta entonces se consideraba perdida. Sobre ella decidió efectuar un nuevo arreglo musical de nuestra canción patria, la que fue interpretada el 25 de mayo de 1927 en una función de gala del Teatro Colón.

Sin embargo, aunque se suponía más acorde con la partitura original, contra esta versión se produjeron violentas reacciones, ya que algunos cuestionaban y dudaban de la autenticidad de la partitura original que supuestamente se había localizado.

Inclusive, la cuestión adquirió ribetes escandalosos porque durante los desfiles del 9 de julio de ese año 1927, una multitud desafió al gobierno cantando el himno frente a la Casa Rosada con la versión musical de Esnaola, provocando la consecuente represión policial. A tal punto llegó el revuelo, que el presidente Alvear dejó en suspenso la nueva versión del himno y decidió volver a la de Esnaola.

Idas y vueltas de una canción patria energizante, que debería transmitir esa energía para poner en marcha un país que aún espera su despegue definitivo.

© LA GACETA

Félix V. Lonigro - Profesor de Derecho constitucional. Autor de

¡Mirá vos! Enigmas, mitos y verdades en la historia de la

Argentina.

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