Forzar las casualidades para conseguir un resultado similar hasta este punto parece peligroso. Además, no es algo que Ricardo Zielinski ni ninguno de sus jugadores haya planeado. Sin embargo, guardada en la memoria, aquella situación está presente: una de las últimas veces que Atlético jugó sin Bruno Bianchi ni Jonathan Cabral, ninguno de sus defensores centrales emblema, consiguió una victoria heroica. Casi el tenor que adquirirá si la consigue el próximo sábado, ante River.
Sucede que Bianchi sufrió un fuerte traumatismo en su pie derecho que derivó en un edema óseo severo, por lo que quedó descartado para el partido ante River. Su ausencia es un problema en sí mismo. Imagínese si a eso le sumamos que Cabral está suspendido y tampoco será de la partida.
Además de dolor, el episodio refrescó la cabeza de Zielinski. Hace poco más de un año, en Bolivia, el entrenador se vio envuelto en un problema similar. Necesitaba ganar sí o sí su partido ante The Strongest y no tenía centrales. Cabral también estaba suspendido, Mauro Osores, Franco Sbuttoni y Andrés Lamas lesionados. Bianchi, en Newell’s.
La solución fue apurar el regreso de Lamas y ubicarlo junto a Rafael García, el capitán del barco defensivo en ese entonces. Juntos, defendieron el 2-1 final con todo lo que pudieron y rompieron un maleficio de 48 años, sin triunfos de equipos argentinos en la altura.
Algunos días después, aquella dupla se repitió en un partido intrascendente ante Olimpo (1-1) pero en los 11 meses siguientes hasta hoy, o Cabral o Bianchi estuvieron en la defensa de cualquier partido de Atlético. Este sábado, no.
Para el duelo ante River, Sbuttoni se convirtió en fija. Ahora resta saber quién será su acompañante. El DT probó ayer sorpresivamente con Pier Barrios aunque Lamas no está descartado.
Un problema importante pero que, como el propio Atlético demostró, no es imposible de resolver.