Un estudio afirma que rascarse puede volverse una adicción

Un estudio afirma que rascarse puede volverse una adicción

Investigadores sostienen que el placer es similar al que sienten los adictos.

06 Mayo 2019

Un estudio realizado por la Universidad Católica de Chile en pacientes con picazón crónica asegura que -para ellos- el acto de rascarse puede producir el mismo nivel de placer que experimentan los adictos. La investigación fue presentada por el académico Mauricio Sandoval, en el marco de la 37° Reunión de Dermatólogos Latinoamericanos gestada en Buenos Aires.

Según se informó en el encuentro, el trabajo se centró en personas que padecían liquen crónico simple, una inflamación cutánea causada por el estrés y caracterizada por una fuerte picazón en las zonas de la cabeza, las piernas y el cuello.

En cuanto al perfil de los pacientes, dicho malestar afecta principalmente a personas de entre 30 a 50 años, que poseen trabajos demandantes y son autoexigentes.

Las sensaciones

Acorde con los resultados del trabajo, los especialistas determinaron que el “rascado” producía en muchos pacientes un placer comparable al que sienten los adictos. “El liquen crónico simple es una patología que se consulta mucho, se le da tratamiento pero luego recae. Son pacientes que llevan años rascándose y por eso nos preguntamos por qué no pueden parar y por qué nadie logra sanarlos”, explicó Sandoval.

Además, en cuanto al modo de reacción, el médico detalló que la sensación de comezón y su posterior alivio produce en los sujetos un ciclo vicioso imposible de controlar. “En estos pacientes se generaba una sobreactivación, similar a las del circuito de recompensa que tienen las personas con adicciones”, afirmó Sandoval en relación a la respuesta cerebral.

También la investigación arrojó que en el proceso existe una disminución de funciones en la corteza cingulada anterior (encargada de procesar la integración de los pensamientos y de las emociones) y que por eso se produce una disminución en el registro de emociones. “Los pacientes no se dan cuenta de que están angustiados o ansiosos y esto puede gatillar la sensación de picazón en la piel, llevando al rasquido”, remarcó el especialista.

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