Una veterinaria pensada para que los más chiquitos y sus mascotas no sufran
La visita a la veterinaria suele ser un tanto traumática ya que, en general, la gente suele ir cuando su mascota muestra indicios de enfermedad, dolor o golpe. Con el objetivo de revertir esa sensación y olvidarse de la angustia, una veterinaria llena de color y juegos llegó a la provincia.
Pensada en el confort de los niños y la distensión de sus mascotas, recibe a los tucumanos con una plaza pública con juegos para mascotas, que se encuentra en la entrada, y que puede ser utilizada por quien quiera. También pone a disposición bolsitas para que los que entren, levanten las necesidades de sus animalitos.
Este lugar lleva el apellido de su dueña: El-Kadi (Salas y Valdez 195). Patricia, la responsable, es especialista en cardiología y abrió el lugar desde hace algunos meses.
Globos de colores, juegos, material informativo y accesorios de mascotas resaltan al abrir la puerta. Los elementos dedicados tanto a los animales como a sus dueños, están a disposición de todos los clientes. "La idea es que jueguen y aprendan mientras esperan a ser atendidos", explicó Patricia.
Además de esas herramientas interactivas, se destaca la metodología de trabajo de los veterinarios. Las consultas no se realizan en un consultorio privado sino en mesas de trabajo abiertas al público: "el objetivo es que todos escuchen lo que le está pasando al otro y aprendan. A veces muchos no saben cosas básicas del cuidado de nuestras mascotas y esto sirve para que se enteren".
Si bien la idea del aprendizaje es central para la especialista, algunas veces las noticias no son las mejores y el dueño prefiere estar solo: "en ese caso, tenemos un espacio privado donde les informamos las cosas desfavorables".
Una rayuela, una ruleta, un pizarrón para pintar, un mapa mundi para que los niños aprendan a relacionar las razas con su país de origen, un ta-te-ti y videos educativos, son algunas de las cosas con las que los niños y sus padres se pueden entretener en la espera.
La veterinaria cuenta también con una sala muy especial: "la salita del adiós". Este cuarto es reservado por personas que, inevitablemente, tienen que despedir a sus mascotas. Está ambientado como el "cielo de los animales" para que los niños le pierdan el miedo a la muerte y sientan que sus amigos se fueron a un lindo lugar.