Con un origen incierto que se remonta a prácticas milenarias, el kéfir es conocido en la región del Cáucaso como una “bendición”. Y puede que, frente a la copiosa ingesta de productos ultraprocesados, el nombre le siente de maravilla. Sobre todo por el curioso aspecto que tiene este alimento probiótico y los milagros digestivos que provoca.
“Se trata de una bebida fermentada a base de nódulos de kéfir”, explica la chef naturista Catalina Sánchez Ducca, refiriéndose a unas pequeñas pelotitas que lucen como coliflor y son gelatinosas al tacto.
Cuando se les agrega azúcar, este conglomerado de bacterias comienza a reproducirse y, tras varios días de espera, se obtiene un líquido amarillento con un leve sabor a sidra.
¿Tentador? Puede que no tanto pero cualquier desagrado en el paladar se compensa con los beneficios que el kéfir aporta a la regulación de la flora intestinal. “Estamos hablando de alimentos que nos resultan funcionales. Es decir, que presentan efectos positivos sobre la salud y actúan sobre una o varias funciones del organismo”, comenta la nutricionista María Constanza Nacusse Navarro. La bebida es recomendada por la especialista para todas aquellas personas que padezcan problemas digestivos como el estreñimiento o la diarrea. “El kéfir aporta grandes mejoras a la microbiota intestinal debido a que favorece el crecimiento de bacterias buenas en el colon y regula la movilidad intestinal”, detalla Nacusse Navarro.
¿Cómo se consume?
En lo que a bebidas se refiere, los gránulos de kéfir pueden combinarse de tres formas: con agua, en infusiones de té o agregando leche. En cambio, en lo que concierne a las comidas, la versatilidad de los nódulos aumenta y las recetas van desde quesos untables, ensaladas, bols de frutas con yogur, jugos naturales y licuados hasta helados o panqueques.
Multiplicar y dividir
Al dar nuestros primeros pasos en el mundo de los fermentados, un dato curioso para tener en cuenta es la forma en que debemos obtener el kéfir. La regla es que los nódulos se piden y se regalan pero jamás se compran. Por eso, para los interesados en perpetuar con esta tradición existen en Tucumán grupos de Facebook dedicados al contacto entre “donantes” y espacios que disponen de bancos de almacenamiento. Claro que también está la opción de comprarlos en una dietética.
La receta
Para obtener el kéfir de agua se necesita colocar los siguientes ingredientes en un recipiente de vidrio esterilizado:
• 1 litro de agua mineral o filtrada. Hay que evitar utilizar agua del caño por la cantidad de cloro que contiene.
• Varias rodajas de algún cítrico como pomelo, limón o naranja.
• De 3 a 5 cucharadas de azúcar de mascabo.
• 3 cucharadas abundantes de nódulos de kéfir.
• 2 puñados de pasas de uvas, dátiles o ciruelas. Una vez realizado el preparado sólo resta tapar el frasco y esperar su posterior fermentación.
> Fermentado
El tiempo de reposo puede variar
En promedio la preparación del agua de kéfir requiere de 24 a 48 horas de reposo. No obstante, el resultado varía de acuerdo con la temperatura ambiente y el tipo de consistencia que se desee consumir. Una vez que obtenemos el primer fermentado, podemos cambiar el sabor de la bebida sumándole gajos de frutas, pulpas naturales o especias. Como recomendación extra es necesario usar utensilios de madera o de plástico para mezclar los ingredientes.