20 años del santuario de Schoenstatt de Tucumán

20 años del santuario de Schoenstatt de Tucumán

La comunidad celebrará el acontecimiento hoy, a las 16, en Villa Carmela.

“JARDIN DE MARÍA”. Frente del santuario Schoenstattiano de Villa Carmela.- “JARDIN DE MARÍA”. Frente del santuario Schoenstattiano de Villa Carmela.-
27 Abril 2019

En 1983 un grupo de matrimonios de Tucumán comenzaba a abrazar la devoción a Nuestra Señora de Schoenstatt. Fue en ese primer grupo que la espiritualidad echa raíces y años después recibe el cuadro de la Mater que presidiría el primer santuario de la Provincia, “Jardín de María”, que hoy celebra sus 20 años, en Villa Carmela. La comunidad del Movimiento Apostólico festejará el aniversario con un gran encuentro hoy, a partir de las 16. “Este será el primero de sucesivos festejos que culminarán el 18 de octubre, fecha trascendental para nosotros, porque conmemoramos el nacimiento de Schoenstatt”, explica el padre Guillermo Cassone, que acompaña a la comunidad schoenstattiana desde su constitución.

El festejo de hoy reunirá peregrinos, miembros y simpatizantes en el santuario. Allí se proyectará un video sobre la historia del templo, se renovará la consagración a la Virgen y habrá testimonios de los matrimonios con 10 y 20 años en el movimiento, como también de jóvenes que se unieron hace poco.

“El de Schoenstatt es un movimiento relativamente joven, lleva apenas 105 años. Es un movimiento apostólico de renovación de la Iglesia, cuyo ideal es ‘El hombre nuevo, en la comunidad nueva’”, explica el padre Cassone. Su fundador fue el padre José Kentenich, quien alumbró “una audaz idea: pedirle a la Virgen que se instale espiritualmente en una vieja capillita situada en Shoenstatt (significa lugar hermoso) en Alemania, donde él (el padre Kentenich) como director espiritual y sus jóvenes seminaristas daban impulso a un nuevo carisma, un nuevo soplo del espíritu de Dios para la Iglesia Universal”, cuenta el sacerdote.

El matrimonio de Pierina y Sergio Albornoz es el coordinador del Movimiento de Schoenstatt en Tucumán. “En palabras sencillas te diría que para mí Schoenstatt es familia, es autoeducación para el amor; es la búsqueda de la mejor versión de uno mismo... Todos tenemos un potencial, tenemos dones y talentos aunque también defectos... Schoenstatt es una especie de Universidad donde se estudia a uno mismo, se conoce a sí mismo y a partir de ello se busca encarnar la mejor versión posible de uno mismo, con la gracia de Dios”, explica Sergio.

En este movimiento, “un schoenstattiano se prepara y se forma para influir en sus ambientes, para llevar armonía y ser facilitador de los cambios que como sociedad necesitamos. Schoenstatt es un movimiento de educación y de educadores. La Virgen María como modelo de mujer es la gran educadora y en ella ponemos nuestra mirada y nos dejamos modelar”, define Pierina.

¿Quiénes pueden formar parte de Schoenstatt? “Todos. En Schoenstatt todas las personas, independientemente de su estado o situación tienen un espacio para el pleno desarrollo de la felicidad que buscan en este lugar”, dice Sergio.

La organización

El Movimiento Apostólico de Schoenstatt Tucumán, está organizado de la siguiente manera: cuenta con una Obra Familiar (integrada por matrimonios e hijos), la Juventud, sección femenina y masculina, las Madres, los Misioneros y las Misioneras de la Campaña del Rosario. Todas y cada una de estas ramas tienen diversas instancias de autoeducación y ejercicio de múltiples apostolados que lo ejercen en diversos ámbitos.

“Nuestra familia busca coordinar estos esfuerzos e influir en sus ambientes para contribuir al desarrollo de una sociedad más libre y más justa”, coinciden Pierina y Sergio. Y agregan: “llevamos el anhelo de un hombre nuevo, en una comunidad nueva; educado en principios y valores, teniendo como gran referente a Jesús y a su Madre María”.

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