Quema de urnas: en San Ignacio esperan que la historia no se repita

Quema de urnas: en San Ignacio esperan que la historia no se repita

ESCUELA MARIO BRAVO. En San Ignacio creen que no habrá incidentes. lg play ESCUELA MARIO BRAVO. En San Ignacio creen que no habrá incidentes. lg play
25 Abril 2019

“Es una mancha en la democracia”, dice Clemencia González, directora de la escuela Mario Bravo. Se refiere a la quema de cuatro urnas en ese establecimiento ubicado en la comuna de San Ignacio durante las elecciones provinciales de 2015. Esa mancha, según la mayoría de los vecinos y trabajadores de la zona, difícilmente se produzca de nuevo.

La delegada comunal Elena Liliana Antonelli llegó al cargo en las elecciones complementarias que se realizaron en noviembre de hace cuatro años, tras la suspensión de los comicios del 23 de agosto de 2015. “Ese día estaba muy tenso el ambiente. La gente después de las cinco o seis de la tarde se puso más tensa”, recuerda.

Aunque la autoridad local subraya que el entonces delegado Carmelo Armenta había fomentado los disturbios, reconoció que hubo partidarios de otros candidatos que también participaron de los violentos sucesos.

En total, en aquel momento, había siete postulantes y este año hay seis. La delegada dice que San Ignacio es una localidad tranquila, por lo que no es probable que se repitan aquellos incidentes. “Creería que no (va a haber violencia) y espero que no”, dijo.

En la calle

Al recorrer la comuna, “Panorama Tucumano” se encontró con opiniones diversas sobre la previa electoral en 2015. “Estaba tranquilo. Nadie se espero que se quemen las urnas o haya esos problemas”, recuerda Marcela Paz, vecina de la localidad. Ramona Roldán opina distinto: “Ya decían que iba a haber pelea por las elecciones”.

Otros de los que circulan por la avenida principal del pueblo dicen que la zona es tranquila y que confían en que no se repetirán los disturbios.

Ese es también el anhelo de quienes trabajan en la escuela que fue vulnerada durante el robo de las urnas. “Yo estaba conversando con unos gendarmes cuando vimos que la gente empezó a golpear las telas metálicas y los portones”, recuerda María Racedo, conserje del establecimiento. Minutos después del ataque se desmayó por los nervios y despertaría ilesa en el hospital.

“Creo que es una mancha para la comunidad. Fueron focos en la provincia y es una lastima que hayamos sido uno de esos focos”, insiste luego la directora. “Si no educamos para la democracia suceden cosas como esta”, reflexiona.

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