Luis Gómez, de 68 años, vive desde hace 46 en la avenida del Perú Sud al 1.100, del barrio Próspero Mena de Tafí Viejo. Frente a su casa hay un canal que ya tiene su propio ecosistema: crecen árboles, corren roedores y el agua turbia arrastra basura, escombros y ramas. “Es un río de agua de cloaca”, dice Gómez.
Este canal empieza en la esquina de las avenidas del Perú Sud y Leandro Alem, en el centro de Tafí Viejo. Desde allí desciende hasta otro canal que corre paralelo a la calle Juan Manuel de Rosas, a dos cuadras de la casa de Gómez. El mal estado del cauce salta a la vista en sus últimas tres cuadras, al cruzar la avenida Julio Argentino Roca: a unos metros de la estación de servicio que está en la esquina de esa avenida y la del Perú Sud, el paredón del canal está por desprenderse.
La puerta de la casa de Fátima Coco, de 47 años, está al borde del canal. Coco, que acaba de salir y camina con cuidado por el barro, advierte que en verano, cuando crece el pasto de la vereda, la zona que se está desmoronando se vuelve invisible. “Y las criaturas pasan. En cualquier momento alguien se va a caer adentro”, anticipa.
Accidentes
Si bien Coco no se había enterado de ninguna caída, Santiago Aguirre, de 24 años, testimonia que ya se accidentaron algunas personas, aunque ninguna sufrió heridas graves. “No hay ninguna barrera de seguridad, ni un puente bien hecho. No tenés por qué caerte en un lugar así”, protesta.
Aguirre, que trabaja desde hace cuatro años en un negocio a la par del canal, señala los árboles que crecen dentro del cauce: “nunca los cortan. Jamás he visto una máquina, jamás he visto una pala, jamás he visto un obrero trabajando en esta parte del zanjón. Nunca se han pasado un machete, nada”.
Falta de higiene
Sin embargo, los árboles y los matorrales preocupan menos que las consecuencias de la falta de higiene. Mayra Villagra, de 21 años, cuenta que el canal ya estaba contaminado hace seis años, cuando ella se mudó al barrio: “desde que yo vivo acá, nunca nadie vino a limpiar. Hay ratas, tiran basura. Todo el tiempo pasan ratas”.
Entretanto, Genoveva de Bazán, de 79 años, reclama por el olor que producen la basura y el agua cloacal: “no se puede salir a la vereda. Me he ido a quejar, pero es imposible. No se puede estar con los olores de ese zanjón”.
La gente no comprende
Aguirre compara la contaminación de esta zona de Tafí Viejo con el ambiente de la avenida Alem, donde, dice, la gente puede vivir tranquila. “A los vecinos del Próspero Mena no nos tienen muy en cuenta, no hay nadie de la Municipalidad trabajando. Pero acá también pagamos los impuestos para vivir tranquilos, así que merecemos lo mismo que la gente de la avenida Alem”, demanda. Las personas de la zona aseguran que ya les pidieron a la Sociedad Aguas del Tucumán y al municipio que limpien y arreglen el canal, pero nunca obtuvieron respuesta.
En cualquier caso, Gómez no cree que este sea solo un problema de las autoridades: “además, la gente no comprende. Cortan un árbol: las ramas al zanjón. Hacen una construcción en la casa: los escombros al zanjón”.