Pese a que cada vez es más común conseguirlo, la comercialización del aceite de cannabis sigue estando prohibida a nivel nacional. En las redes sociales y en las calles, en muchos de los puestos ambulantes que antes vendían la famosa pomada boliviana, ahora venden también cremas y ungüentos supuestamente con aceite de cannabis.
Los expertos en la temática sostienen que no es confiable consumir esos aceites, ya que no se puede saber con precisión su composición, a menos que se lo estudie en un laboratorio con equipos especializados. Al tratarse de una sustancia prohibida, el Estado no ejerce control sobre estos productos que se venden en el mercado negro.
Según la Ley 27.350, sólo está autorizado el uso del cannabis medicinal para casos de epilepsia refractaria para lo cual un médico debería recetar al paciente que realmente lo necesite. Ese pedido debe ser aprobado por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y tecnología médica) y se ordena la importación, generalmente de Estados Unidos.
La ley no permite el autocultivo ni la comercialización de cannabis en Argentina, por lo cual, si un paciente precisa del mismo, debe esperar un mes hasta que llegue el producto solicitado al exterior.
Cultivo familiar
A pesar de la prohibición, hay cultivadores individuales y familias que cultivan y fabrican sus propios aceites, generalmente porque no pueden acceder al único aceite que se puede comprar de manera legal, el aceite Charlotte´s, que cuesta en Estados Unidos entre U$S 165 y U$S 300, sin los gastos de envío.
Mónica Rodríguez, se dedica a cultivar este tipo de hierbas con el fin de mejorar la salud de su hijo Juan Cruz de 12 años, con Autismo. “Todos saben que yo cultivo, vendo y también regalo el aceite de cannabis. Por supuesto que es ilegal, pero esto le hace bien a nuestros chicos no sólo con autismo, sino también con epilepsia y demás patologías”, expresó.
“Somos un gran grupo de mamás pero generalmente soy yo la que lo hace al aceite. Hay muchas que todavía no se animan pero por más que se que está prohibido, lo hago porque es necesario. Mejora la salud de las personas”, agregó.
Rodríguez forma parte del grupo Cannabis Medicinal Tucumán, y junto a otras familias, luchan para que se apruebe el cultivo y venta del producto. “Por ahora el único aceite medicinal autorizado para ingresar a nuestro país es el de Estados Unidos”, dijo.
“No tan sólo vendo sino que regalo este aceite, sobre todo a personas que no pueden afrontar estos gastos. Me buscan pacientes con cáncer, artrosis o fibromialgia”, dijo. La ley especifica que se puede investigar con fines médicos y científicos las propiedades de la planta de cannabis y sus derivados.