11 Abril 2019
CAMBIOS. La Superliga le aportó distintas cosas a la liga local, pero los cambios que implementó para la temporada 2019/20 están bajo la lupa por lo arriesgado de sus formas y modalidades. la gaceta / foto de hector peralta
Las promesas de una liga “europeizada” (en principio debería significar algo “bueno”), de potenciarla hasta convertirla en un producto para exportar y del fin de las clásicas contradicciones a las que nos tenía acostumbrada la AFA, parecen haber naufragado definitivamente con el anuncio formal de ayer de la Superliga.
La liga que vino a hacerse cargo de la organización de los torneos, creada en 2016, justamente con la llegada de Atlético a Primera, confirmó el formato de la temporada 2019/20 con modificaciones insólitas.
En caso de seguir, Ricardo Zielinski deberá anotar: el torneo, el mismo que finalizó el fin de semana pasado, durará apenas cuatro meses: un torneo corto de 23 fechas que comenzará a fines de julio y terminará en diciembre.
Apenas cuatro fechas más que los torneos Clausura o Apertura que solían jugarse en los ‘90 y que sólo representaban la mitad de la temporada. ¿Y la otra mitad?
Habrá otra mitad y quizás esto sea lo más complicado de entender. La segunda parte de la temporada irá de enero a mayo y será ocupada por la famosa Copa de la Superliga. Ya es famosa incluso sin haberse jugado un solo partido. Quizás porque tiene entre sus participantes a equipos que descendieron hace horas, pero la nueva Copa de la Superliga tiene detalles aún más difícil de comprender.
El formato de la Copa cambiará a uno de liga pero se seguirá llamando Copa. Serán dos zonas de 12 equipos y los dos líderes (al final de las 11 fechas) jugarán la final. Prácticamente una temporada entera dividida a la mitad y disputada en diferentes formatos. Algo inédito por donde se lo mire.
Pero no termina ahí la cuestión. Atlético deberá prestar atención a esto: esa nueva Copa de la Superliga influirá en los promedios. Sí. Por primera vez en la historia, una Copa sumará a los promedios y justo en la etapa de definición. Es decir, los descensos se consumarán en esa Copa.
Como si esto fuera poco, lo que restaría definir es la incorporación de la forzada “fecha de clásicos” para llegar a los 35 partidos en toda la temporada. Una Superliga que de súper, parece que no tendrá nada.
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