Luchó mucho para vivir un presente con el que soñó toda su vida. Lucas González debutó en la Superliga el pasado viernes contra San Lorenzo, justo el día en el que San Martín le dijo adiós hasta nuevo aviso a ese torneo.
Jugó 71 minutos en los que pivoteó bien y mostró algunos movimientos interesantes. Antes, hace un mes, Ricardo Caruso Lombardi lo había hecho debutar en Primera en el juego contra Agropecuario por 32avos. de final de la Copa Argentina, donde celebró con un tanto su estreno. Pero más allá de un inicio de 2019 que no olvidará nunca, el “Flaco” pasó momentos bien difíciles antes de ocupar los primeros planos en la marquesina.
“Luché mucho y esta es mi recompensa”, dije uno de los goleadores del torneo de Reserva de AFA, en diálogo con LG Deportiva. Nacido en Lules, dio sus primeros pasos en las divisiones infantiles de Almirante Brown. “Allí comencé, hasta que me trajeron a San Martín para comenzar a realizar las divisiones inferiores”, explica Lucas.
Con 12 años comenzó a perforar las redes en el complejo “Natalio Mirkin” y, según aseguran quienes lo dirigieron durante sus primeros pasos en inferiores, ya mostraba buenas condiciones como delantero. Pero a los 16, se topó con el primer obstáculo fuerte en su carrera. “Me diagnosticaron un problema en el ciático y me dijeron que tenía que dejar de jugar al fútbol”, relata.
Se alejó de las canchas y volvió a su ciudad con un único objetivo: hacer al pie de la letra el tratamiento para poder retomar su pasión. “Fueron días difíciles, pero nunca bajé los brazos”, asegura el delantero que dos años después pudo calzarse nuevamente los botines.
“Volví a jugar en Almirante Brown. Comencé en Reserva, rápidamente me subieron a Primera de la Liga y al poco tiempo ya estaba jugando el Federal B con el ‘Marino’”, enumera los pasos firmes con los que pudo reposicionarse en el mundo del fútbol. Y justo cuando se consolidaba en Brown, casi de manera fortuita, le apareció la oportunidad de volver a San Martín. “Un día, con Brown fuimos a jugar un amistoso en el complejo y Mariano Pasini, ayudante de campo de Diego Cagna, me dijo que quería que vuelva al club. Le hice caso y a los pocos meses me subieron a entrenar con el plantel de Primera”, afirma.
El resto es historia conocida. González marcó goles en la Liga, en Reserva y ya aportó su primera conquista en Primera. “Es muy lindo este presente. Luché muchísimo para llegar a esto y gracias a Dios las cosas se van acomodando”, sentencia el punta de 21 años, que ya renovó su vínculo con el “Santo” y será una fija para jugar la B Nacional. “Tengo ganas de consolidarme como futbolista y poder aportar mi granito de arena para que San Martín pueda volver a Primera”, concluye González, el pibe que a base de goles superó todos los obstáculos y hoy pinta como una de las gratas revelaciones que entregó la Reserva “santa”.