Pocos equipos están tan identificados con su estadio como San Martín. Pese a que tuvo un paso fugaz por la zona norte de la ciudad, el lazo con el barrio Ciudadela siempre fue estrecho; a tal punto que heredó su nombre.
Hoy cumple 87 años el estadio “santo”, que desde sus orígenes demostró que su función estaba destinada a ser un bastión importante en la historia de la institución.
Luego de recorrer varias canchas (casi todas en la zona donde se creó el club), en 1930 y bajó la presidencia del ingeniero Mario Bron, San Martín adquirió los terrenos donde actualmente se encuentra enclavado su estadio.
El jueves 24 de marzo de 1932, en un duelo amistoso que el “Santo” disputó contra el equipo Uruguay Postal, quedó inaugurado su nueva casa. A esa altura, San Martín ya se había erigido como un equipo bien popular.
En cada partido que disputaba, los hinchas acompañaban en gran número, demostrando que eso iba a ser una marca distintiva a lo largo de la historia. “Había una gran expectativa en el estadio”, aseguraba una nota publicada por LA GACETA, el 25 de marzo de ese año.
Poco importó en ese entonces que en el primer partido disputado en su nuevo estadio, San Martín haya perdido ante el equipo uruguayo por 2 a 0. Naturalmente, aquella tarde La Ciudadela mostraba una cara bien diferente a la actual. De acuerdo a los archivos, por ese entonces el estadio contaba sólo con dos tribunas: una metálica emplazada en el sector que da espaldas a calle Matienzo y otra de madera en el sector de calle Pellegrini. “Esta última comenzaba en la zona de calle Bolívar y se extendía hasta la mitad de la Pellegrini”, aseguró Roberto Albornoz, historiador “santo”.
La historia de La Ciudadela tiene casi una vida paralela a la de San Martín. El “Santo” siempre se caracterizó por la lucha y el sacrificio, en base a eso edificó los momentos más trascendentes de su historia. Y encontró su lugar en el mundo (donde construyó su estadio) en los terrenos donde un grupo de valientes tucumanos habían defendido a la Patria, en septiembre de 1812, durante la Batalla de Tucumán.
Así, la historia pareció tenerle preparado una linda sorpresa a San Martín, que terminó adquiriendo los terrenos actuales casi por casualidad. Luego de jugar como local en el lugar donde actualmente se ubica el hospital del Niño Jesús, también en el ditio que hoy ocupa el club Central Córdoba, en donde ahora está emplazada la Escuela de Comercio N° 1 y en la manzana cercada por las calles Rondeau, Alberdi, Bolívar y La Rioja, finalmente llegó a su actual ubicación.
“De acuerdo a los datos históricos, el club fue mudándose a raíz de las deudas. Finalmente, cuando se asentó económicamente, pudo comprar el terreno de La Ciudadela y comenzar a construir su estadio. El sacrificio siempre fue una marca registrada en la historia ‘santa’ y qué mejor lugar que refleje todo eso que donde hoy está el estadio”, explicó Albornoz.