En Atlético no tomarán decisiones hasta conocer si Zielinski acepta seguir

Una constante de los técnicos que pululan en el fútbol argentino es no aventurarse demasiado en el tiempo laboral. Quizás esa mesura forme parte de alguna materia en la escuela de entrenadores o bien esa misma pausa viene como señal de alerta de lo complicado y letal que suele ser el deporte más famoso del planeta cuando los astros no están alineados con el protagonista en cuestión.

Con el que sí estuvieron y están, es con Ricardo Zielinski, quizás el DT más importante de la historia contemporánea de Atlético, un Atlético que espera con calma aunque paradójicamente con algo de prisa, una respuesta suya sobre si renovará (o no) contrato con la institución. “Lo queremos. Queremos que siga con nosotros. Independientemente de lo deportivo, es una excelente persona y eso es lo que más valoramos. Puede que los resultados manden, pero Ricardo ha dado muestra del excelente profesional que es, en todo sentido”. Quien habla con LG Deportiva es Enrique Salvatierra, hoy al mando de un Atlético todavía con chances de pelear su ingreso a la Copa Libertadores 2020, y con la clasificación asegurada a la Sudamericana 2020, como premio consuelo, podría decirse. Zielinski lo hizo posible. Zielinski condujo al “Decano” nuevamente al plano internacional y lo hizo con un plantel armando en base a contrataciones austeras (salvo la de Javier Toledo) y gracias a que el club ya contaba con una base importante de material humano. Lo que valoran de Zielinski en 25 de Mayo y Chile es que se da maña con lo que le den. Si no hay nada, se las rebuscará. Ata con alambre, de ser necesario. Supo (y sabe) sacar agua de las piedras. El éxito ha acompañado al nacido en Lanús no bien se sumó al proyecto “Decano”.

Después de la pésima campaña de Atlético bajo el mando de Pablo Lavallén, conductor de un “11” ideal que jugaba lindo pero que ganaba casi nada de lo que ponía en juego, la CD apostó por un DT sacapuntos. Así las cosas, el ex Belgrano, de 59 años, no sólo levantó al club en el promedio sino que lo condujo a la final de la Copa Argentina 2017 y a quedar entre los ocho mejores de la Libertadores 2018. En esta temporada 2018/19 Zielinski no sacó el pie del acelerador: siendo él el timonel, Atlético está construyendo la mejor campaña de su historia en la máxima categoría. En las 23 fechas que se llevan disputadas de la Superliga, el “Decano” jamás bajó del quinto puesto. Recuerde: Atlético es un equipo cuya base nació de varios jugadores sin lugar en otros clubes y que, al llegar al Monumental, explotaron lo mejor de sí, amén de contar con la enorme presencia de Cristian Lucchetti, al día de hoy.

“No es momento, seguramente lo veré en otro, porque hoy sólo miramos (con su cuerpo técnico) el partido que viene; en todo lo que viene”, le respondió Zielinski a un periodista inquieto por conocer su futuro como entrenador después del 30 de junio. “Nos dijo que cuando termine el torneo nos dará su decisión. Mientras tanto, no tomaremos decisiones sobre el nuevo armado plantel. Lo vamos a esperar”, comentó una fuente con llegada al DT.

Atlético no es el único club que desea a Zielinski. Son varios. Rosario Central, por caso, insistió en un par de oportunidades por él. Una, antes de que el “Canalla” le dio la conducción a Paulo Ferrari, y otra, hace unos días, con Ferrari ya separado del primer equipo. La respuesta del “Ruso”, fiel a su estilo, fue tajante: “agradezco cualquier llamado pero yo en este momento me debo a Atlético”.

Si Zielinski aún no respondió fue porque así se maneja él, desde siempre. Espera sobre casi al cierre de cada temporada, entonces realiza un balance personal y luego otro con la directiva. Allí expone pros y contras y luego expresa qué es lo que quiere hacer.

Lo que lo tira quizás al no es su familia. Su mujer y sus hijos, que nada tienen que ver con el ambiente en el fútbol, no pueden radicarse en Tucumán por cuestiones laborales. Un referencia no menor, de sus últimos 10 años de carrera, nueve los pasó lejos de Buenos Aires, entre Patronato, Belgrano y Atlético, la casa que lo quiere retener a como dé lugar. Y él, en parte, quiere quedarse, porque acá su apellido llegó al Olimpo de los grandes entrenadores.