Por Sofia Alurralde
16 Marzo 2019
Tendencias, viajes y life style
“Nunca grites tu felicidad tan alto, la envidia tiene un sueño muy liviano”, podría ser el slogan de una isla que fue de las más codiciadas tanto por los españoles, ingleses, franceses e italianos por tenerlo todo: ubicación estratégica para el comercio en el mar Mediterráneo, áreas naturales protegidas, montañas con vegetación frondosa y playas paradisíacas. Pero pese a su historia convulsionada por las sucesivas invasiones, en su superficie de casi 9000 km², hoy se mezclan armoniosamente las influencias del pasado, y de cuantos conquistadores quisieron quedarse con ella, con el dinamismo de nuestros tiempos.
No en vano los griegos la bautizaron como “Kallisté”, que significa “La más bonita”. Porque en Córcega se saborea el verano como una de sus frutas más deliciosas y se vive el deporte al aire libre sin mirar la hora. Y si de hablar de actividad física se trata, una de las principales aventuras que se suele realizar es el sendero de Gran Recorrido GR 20, (o Grande Randonée), que cruza de noroeste a sureste la isla francesa.
Este famoso recorrido de 180 kilómetros entre montañas une el pueblo de Calenzana, al norte, con el pueblo de Conca, al sur, y atraviesa gran parte del Parque Natural Regional de Córcega.
Ya sea en avión, tren o crucero se puede llegar a este destino que el mismísimo personaje “Ásterix” (cómic francés) recorrió entre sus episodios y que relata de manera divertida cómo son los corsos y sus tradiciones. Claramente, a la hora de elegir uno de los tantos pueblitos o playas que tiene la “Île de Beauté” (isla de la Belleza en francés), hay que saber que si hay algo prima en todos es la preservación de la naturaleza y, por ende, la ausencia de grandes cadenas de marcas o restaurantes. El turismo es moderado y sus habitantes (bien nacionalistas) quieren mantenerlo así.
Córcega no solo tiene belleza sino también personalidad, y esta última se la debe a su historia. Por un lado, en la Alta Córcega tenemos al reconocido militar Pasquale Paoli, quien redactó la primera Constitución democrática del mundo y nació en Morosaglia. Por el otro, en la Córcega del sur, a uno de los personajes más famosos de la historia, Napoleón Bonaparte, nacido en Ajaccio, capital de la isla.
Paseos históricos
En esta ciudad imperial podrás dar un paseo por los edificios, como el Salon Napoléonien, la Maison Bonaparte o el Palais Fesch y tomarte un café en el casco viejo.
¿Pensabas que en esta isla solo te ibas a encontrar con playas de arena blanca y agua turquesa, exquisita gastronomía con pescados y embutidos de primera, parques y reservas naturales, ? Si, todo eso, pero también muchísima historia en cada uno de sus departamentos y pueblitos que se precipitan al mar.
Los favoritos
Aunque aún me falta mucho por visitar en esta maravillosa isla, en mi ranking de los puntos favoritos se encuentran: la reserva natural de Scandola; el pueblo de Cargese con sus iglesias Griega y Latina; almorzar en el restaurante Le Casabianca y pasar todo el día en la soñada Plage d’arone; pasear en moto entre los zigzagueantes caminos y atravesar pueblo por pueblo y caminar en el retraso del tiempo por Vico, una comuna de estilo medieval.
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