Julio Varela pudo cumplir el sueño de regalarle su camiseta de Aguará a Sonny Bill Williams

Julio Varela pudo cumplir el sueño de regalarle su camiseta de Aguará a Sonny Bill Williams

All Black con piel de zorro.

COLORES. Sonny Bill y la casaca de Aguará Guazú que le regaló Julio. “Fue un momento sublime”, definió el de Aguilares. foto gentileza de Julio Varela COLORES. Sonny Bill y la casaca de Aguará Guazú que le regaló Julio. “Fue un momento sublime”, definió el de Aguilares. foto gentileza de Julio Varela
13 Marzo 2019

En junio de 2017, los British & Irish Lions -el combinado de estrellas compuesto por jugadores del Reino Unido e Irlanda- aterrizó en Nueva Zelanda para una de las tradicionales giras que realiza cada cuatro años. Entre los varios amistosos de preparación previos a la serie de duelos contra los All Blacks, figuraba uno contra los Blues -franquicia del Súper Rugby- en el mítico Eden Park de Auckland. Ese día, en las tribunas había un tucumano: Julio Varela, aguilarense, ex jugador y árbitro de Aguará Guazú, y autodefinido como fanático del rugby, de esos venenosos. La elección de Julio no había sido al azar: no le daba lo mismo cualquier partido, tenía que ser ese. Además de ver en acción a los míticos “Leones”, del otro lado estaba Sonny Bill Williams, su gran ídolo, con el que se había propuesto sacarse una foto a como diera lugar. Para estar lo más cerca posible de la cancha, sacó platea baja. “Me había hecho un cartel. Tenía la ilusión de saludarlo ahí, pero cuando terminó el partido, todos los periodistas se le fueron encima y lo tuvieron un rato hablando. Después de eso ya entró al vestuario y no tuve más oportunidad de verlo. Pude sacarme fotos con los hermanos (Ardie y Julian) Savea , con Aaron Cruden y otros jugadores neozelandeses, porque también fui a ver a Hurricanes, pero la foto que yo quería era con Sonny, y no pude”, recuerda Julio. Por fortuna, el tiempo le daría revancha, y esta vez de local.

Revancha

Un año y medio después, en diciembre del año pasado, Julio sintió una sacudida en el corazón cuando vio el fixture de la temporada 2019 del Súper Rugby: en la tercera fecha, a principios de marzo, los Blues debían visitar a los Jaguares en Buenos Aires. Era su oportunidad. “Automáticamente me puse en campaña para comprar una entrada en platea baja, y me comuniqué con ‘Zuca’ Conti -periodista de ESPN- para averiguar en qué hotel se iban a hospedar”, cuenta Julio, que es profesor de Educación Física y tiene un gimnasio en la “Ciudad de las Avenidas”.

Para los que amamos el rugby, Sonny Bill Williams es como Messi: todos quieren una foto con él. Y así y todo tuvo la humildad de salir a saludarme.

Llegó a Buenos Aires y mató el tiempo y la ansiedad como pudo mientras esperaba que los Blues regresaran de la práctica en Olivos. “Me caminé como 17 cuadras desde mi hotel hasta donde estaba el de ellos. Estuve esperando afuera del lobby como una hora junto a un loco igual que yo que también quería sacarse fotos con los jugadores. Hasta que en un momento lo veo salir a Sonny y le empiezo a hacer señas desde afuera. Cuando me ve, me hace la seña como que espere un minuto”, relata Julio, al que en ese momento le entraron todos los nervios del mundo en el cuerpo. ¿Y si al final no venía?

Pero vino. “Curiosamente, tenía puesta una camiseta de la Selección. Me saludó y me dio la mano, muy amablemente, y yo le dije unas palabras en inglés que me había ayudado a preparar mi esposa, Mónica Arancibia, que es profesora. Le dije que estaba encantado de conocerlo, le mostré la bandera de aquel partido contra los British y le comenté que quería obsequiarle la camiseta de mi club. Me agradeció mucho, y cuando le mostré su nombre grabado en el dorso de la camiseta, comenzó a reírse y la abrazó. Se puso contento. Para mí fue un momento sublime, épico, algo que no puedo explicar”, intenta describir Julio, que como bonus también se llevó placas junto a otras leyendas de los All Blacks como Ma’a Nonu y Tana Umaga.

Así es que ahora, gracias a la perseverancia y la audacia de Julio, en la colección de camisetas de Sonny Bill Williams hay una del “Zorro” de Aguilares. “Me hubiera gustado ver que se la pusiera, pero no le quise pedir para no molestarlo. Igual, a esta alegría no me la saca nadie”, asegura Julio. No es para menos.

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