La mente también juega

A grandes rasgos, el nivel del deporte tucumano parece haber escalado en las últimas décadas. Pero detrás de simples resultados que puedan avalar o no el estado del deporte en nuestra provincia, en comparación con otras, existen factores influyentes en las cifras. Y es que la oferta de disciplinas a practicar, es variada, pero en muchos casos el término “cantidad” no va de la mano con el de calidad.

Al mencionar este último término, no sólo se hace referencia a lo netamente estructural del deporte, sino también a factores explicados desde lo psicológico y lo físico, que terminan siendo determinantes y parte del complemento en la búsqueda de un deporte de buen nivel.

“Todo deporte tiene cuatro patas, como si fuera una mesa: lo táctico, lo técnico, lo físico y lo mental. Recién en los últimos años se comenzó a tomar conciencia de que lo mental influye muchísimo”, cuenta la psicóloga deportiva Florencia Becerra. Y agrega: “Porque podés andar bien en los otros tres factores, pero si no estás bien también en lo psicológico, no sirve mucho”.

Becerra admite que en los últimos años comenzó a tenerse más conciencia de la importancia de este factor, pero al mismo tiempo reconoce que es un área que falta ser implementada a fondo. “Hay que tener claro la diferencia entre los deportes profesionales y los deportes amateurs, pero son muy pocas las disciplinas en las que los equipos o deportistas tienen su psicólogo”.

Conocedora de la importancia de su profesión, se anima a dar medidas “improvisadas” para que lo psicológico no sea un ámbito ajeno. “De última instancia estaría bueno que los entrenadores o preparadores se interioricen y adopten un poco ese rol”, dice al momento que aclara que es consciente de que, en muchos casos, la ausencia de profesionales especializados en esta rama, se debe a cuestiones económicas, en las que también influyen el amateurismo o el profesionalismo de cada deporte.

El también psicólogo deportivo, Diego Vargas, tiene una mirada más crítica. “En Tucumán, se le da cero importancia a lo psicológico”, afirma el profesional, que considera que la diferencia entre quienes implementan un seguimiento en el factor mental, y entre quienes no lo hacen, se ve reflejado en la satisfacción, el rendimiento y la cohesión grupal.

Los psicólogos despejan las dudas de que el deporte es sólo un entrenamiento físico-táctico, el que posteriormente será puesto a prueba en la competencia. Pero desde su profesión, y desde el trabajo mental propio de cada uno de los deportistas, son claves algunos conceptos que el atleta no debe dejar pasar, y que complementan a un rendimiento íntegro y positivo.

“El deportista tiene que aprender a manejar las emociones y las ansiedades, no a anularlas: puede existir una sobremotivación, eso deriva en un egocentrismo. Lo que necesitamos es que el deportista tenga un ego resistente, que sea funcional a él”, cuenta Diego. Y agrega: “Analizás qué te favorece y qué no. Creemos que siempre hay que pensar en positivo, pero las emociones negativas, si generan un óptimo rendimiento, hay que saber manejarlas”.

En una línea parecida, Florencia asegura que la técnica de trabajo actual es mantener al deportista enfocado en el presente. “Se busca que se concentre en el presente facto. Que su cabeza no esté en el pasado, y que tampoco esté pensando en el futuro”, cuenta. Para que la labor resulte más fácil de entender, la profesional ejemplifica desde un acto muy cotidiano en los deportistas. “Por ejemplo, si hiciste un muy buen gol, no hay que alardear demasiado, hay que concentrarse y seguir”, explica la psicóloga.

En nuestra provincia, la figura del psicólogo deportivo es un personaje poco conocido. Pero fundamental si lo que buscamos es un rendimiento de calidad, íntegro. Según ellos mismo, el factor mental, que es uno de los cuatro puntos imprescindibles para el óptimo rendimiento, tiene la misma importancia que el resto de ellos: sin la visión psicológica, sólo un 75% del éxito puede estar asegurado. Resta crear las condiciones (económicas, de conocimiento, entre otras), para que el panorama cambie y podamos verlo reflejado con el tiempo.

A nivel grupal
Si hablamos de selecciones nacionales, incluso en equipos de clubes que enfrentan competencia de nivel internacional, la ausencia de un psicólogo deportivo es una cuestión recurrente y sin ni siquiera plan de sumarlo.

Los que sí lo hacen
Pilotos de autos y motos, rugbistas, jugadores de hockey, tenistas, incluso disciplinas de contacto. El aporte psicológico les sirve a estos deportistas en todos los ámbitos. Y son cada vez más los que piden asistencia.

Situación díficil
Cuanto más “amateur” es el deporte, más díficil se hace encontrar un psicólogo deportivo. Muchas veces, esto responde a cuestiones meramente económicas y al pleno desconocimiento sobre la importancia del profesional.