“El domingo, cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”. El grito de guerra que bajó desde la tribuna sur del “Padre Martearena” -donde se ubicaron los hinchas “santos”- dejaron en claro que en La Ciudadela nadie piensa en otra cosa que no sea la Superliga.
Así, con un equipo alternativo, San Martín fue a Salta a cumplir con un calendario que puso una piedra en el camino, justo en el momento menos oportuno.
El duelo con Huracán está a la vuelta de la esquina y para los de Bolívar y Pellegrini lo es todo. El “Santo” debe volver a ganar para tratar de buscar la heroica, que se traduciría en asegurar la permanencia en la máxima categoría.
Por eso, Ricardo Caruso Lombardi dejó en Tucumán a todos los titulares (salvo Rodrigo Gómez, que no podrá estar en Parque Patricios por haber llegado al límite de amonestaciones) y apostó por ver en acción al resto de la plantilla.
Pero el “muleto” “santo”, sobre todo en la primera mitad fue un fiel reflejo de la primera máquina. Entró dormido, le convirtieron en el primer centro cruzado sobre su área, mostró varios desacoples de mitad de cancha hacia atrás, le costó muchísimo generar juego y sus puntas quedaron a miles de kilómetros del resto del equipo.
Por eso se fue en desventaja al descanso, por culpa de ese cabezazo solitario de Gonzalo Urquijo, cuando los equipos todavía se estaban midiendo en el campo. Pero Caruso pegó un par de gritos en el complemento, metió mano en la formación inicial, y la ecuación cambió bastante.
Los ingresos de Nicolás Giménez y de “Droopy” maquillaron a un “Santo” pálido, que a partir de ahí fue con más amor propio y vergüenza deportiva que otra cosa. Gómez niveló la lucha de penal y el pibe Lucas González (el otro sustituto, reemplazó al inexpresivo Valentín Viola) necesitó sólo nueve minutos para pegar su primer grito.
Pero la versión alternativa de San Martín le hizo honor a su original. No cerró el duelo y Gonzalo Klusener logró el empate. Y al “Santo” le dieron una vida más y la aprovechó pasando de fase gracias a los penales. Ahora sus hinchas, que imploraron por una victoria en Parque Patricios, esperan que la Superliga también pueda darles otra vida.
“Es un mimo para los jugadores”, dijo Caruso
San Martín necesitaba volver a sonreír sin importar el torneo, el rival o el escenario. Lo tenía en claro Caruso Lombardi que valoró la clasificación que logró anoche. “Esto es un mimo para los jugadores”, aseguró el entrenador tras el triunfo. “Un mimo pero después del empate de ellos, casi que los mato”, bromeó tras el agónico 2-2 que forzó los penales.
“Sabía que los jugadores que entraron (Gómez, Giménez y González) le podían cambiar la cara al equipo”, resumió sobre cómo se levantó el equipo tras el 0-1 inicial. “Mañana (por hoy) ya empezamos a trabajar el partido contra Huracán. Esperamos seguir vivos una semana más”, deseó. Además, avisó que el juvenil que anotó el gol podría ser de la partida.