CASO 1
El crimen de Lucas Fernández
El 30 de marzo de 1996, Lucas Fernández, hijo de un alto directivo de la Caja Popular de Ahorros, recibió un disparo en la cabeza en la esquina de avenida Mate de Luna y Pellegrini. El joven, de 17 años, falleció cinco días después. Andrés Miguel, hijo del camarista federal Jorge Miguel, fue acusado del hecho por los amigos de la víctima que lo reconocieron como el autor del disparo por una entrevista televisiva. En un juicio que se realizó entre noviembre y diciembre de 2000, el imputado fue condenado a 12 años de prisión por el hecho. Seis años después, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en un fallo firmado por los vocales Enrique Petracchi, Carlos Fayt, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Raúl Zaffaroni y Ricardo Lorenzetti, ordenó su libertad porque consideró como inapropiado el método con el que se lo reconoció. El máximo tribunal del país pidió además que se investigue si estuvo reclacionado con el caso Julio Vergara Altuve, hijo de la desaparecida dirigente gremial Ada Altuve. “Nunca pasó nada y el crimen quedó impune pese a ese fallo”, sentenció Juan Robles, ex defensor de Miguel.
CASO 2
Nunca se supo qué sucedió con Emilia Pasteris
Emilia Juana Pasteris, de 52 años, fue asesinada a golpes el 14 de octubre de 2000 en su casa de Malabia al 1.300, en Villa Alem. Estaba maniatada en el baño, semidesnuda y con su ropa interior en la boca, aunque no había sido violada. Tenía golpes por todo el cuerpo, especialmente en la cabeza. Los agresores se llevaron los cosméticos y las alhajas que ella vendía. Días después fueron detenidos los hermanos Francisco Antonio y Eduardo Salomón Ríos. En marzo de 2003 el caso llegó a juicio. El fallo generó una enorme polémica: los imputados fueron absueltos y el tribunal, integrado por Silvia Castellote, María del Pilar Prieto y Eudoro Albo, pidió que se investigara a dos policías (uno de los acusados señaló que había sido torturado) y a cuatro parientes de la víctima por falso testimonio. También solicitó que se investigara a Daniel Bolañes, el inquilino santiagueño de la víctima que nunca prestó declaración en la causa. Este caso tampoco fue resuelto.
CASO 3
Última oportunidad por el crimen de un taxista
Mario Barrientos fue asesinado en mayo de 2013. A la víctima, que conducía un taxi, después de asaltarlo, lo mataron y dejaron abandonado en un paraje de Los Ralos. Por el hecho fueron acusados los hermanastros Juan Pajón y Aníbal Albornoz. Dos años después, el tribunal integrado por Eduardo Romero Lascano, Carlos Caramuti y Dante Ibáñez los condenó a perpetua por homicidio doblemente agravado. Cergio Morfil, defensor de uno de ellos, llevó el caso hasta la Corte Suprema de Justicia. El máximo tribunal estimó, como lo había planteado el tribunal, que no había demasiadas pruebas para aplicarle esa pena. Decidió entonces que, con los acusados en libertad, se profundice la investigación y que se desarrolle una nueva audiencia. El nuevo juicio se iniciará el 17 de abril, pero al no haber nuevos elementos en contra de los imputados, el crimen podría quedar impune.
CASO 4
El herido que fue absuelto en un juicio
En octubre de 1997, Miguel Ángel Orellana, con lágrimas en los ojos dijo ante el tribunal que él no había sido el autor del crimen de Luis Romano, ocurrido en agosto de 1996. Relató que, en esa trifulca, él perdió un brazo y que los autores habían sido otras personas a las que, igual que otros testigos, las terminó identificando. El tribunal, integrado por Carlos Pellegri, Carlos Meschwitz y Vital Graneros remitió el caso a una fiscalía del Centro Judicial de Concepción para que realizara una nueva investigación. Ninguna otra persona fue enjuiciada por el hecho.