La sonrisa que había dibujado en los rostros “cirujas” la llegada de Ricardo Caruso Lombardi a San Martín devino pesadumbre hacia la noche de ayer. La cara de los hinchas que se retiraban de La Ciudadela tras la derrota ante Lanús trasmitía un mensaje casi de hecho consumado: el “milagro” de la permanencia, si tal cosa podía darse, debía haber empezado a concretarse con un triunfo ante el “Granate”.
Algunos hinchas -muy pocos- repitieron de manera espasmódica lo que suele decirse ante estas situaciones: mientras den los números hay esperanza de salvar la categoría. La mayoría, sin embargo, fue más realista, y con mucho dolor prácticamente admitieron que el descenso está esperando uno o dos partidos más adelante.
“Es muy difícil. Esto ya viene de hace tiempo. Los jugadores tienen la cabeza desarmada. Ya pasaron tres técnicos. Lamentablemente acá no hay quién los levante”, indicó, abrumado, Luis Albornoz. El dirigente de la Unión Personal Civil de la Nación entiende que la matemática es una ciencia exacta, pero descree que el equipo pueda aprobar la materia. “Estamos últimos entre los cuatro que están peleando el descenso y si no ganamos, nada sirve, por más que digan que San Martín suma mejor que los otros. Dios quiera que nos salvemos”, imploró.
Cambio de clima
Marcelo Kanán inició su respuesta a LG Deportiva con un mensaje que pretendía ser optimista: “se puede mantener la esperanza; aún quedan puntos en juego y uno no sabe qué puede pasar. Es cierto que cada vez está más difícil, pero mientras haya posibilidades hay que tener fe”. No obstante, a medida que avanzaba en sus declaraciones empezaba a aflorar su desazón. “La complicación es que no ganamos. No puede ser que en 21 fechas sólo hayamos ganado tres partidos. El equipo no responde. Este era el partido. Había que ganar sí o sí. Ahora la gente está pensando en la ‘B’ Nacional”, admitió.
Casi ningún hincha le reclamó nada al técnico. Por el contrario, incluso lo exculparon por la caída de ayer, ante el “Granate”. “En los dos o tres días que tuvo para trabajar los jugadores no podían asimilar el esquema de juego que propone, ni él podía cambiarles la mentalidad. Debería haber tenido más tiempo”, afirmó Carlos Pinello. En todo caso, deslizó que los hinchas deben controlar la ansiedad. “A la presión con la cual juega el equipo hoy nuestra tribuna le sumó más”, señaló.
Entre los que miran todavía “el vaso medio lleno” se cuenta Enzo Bojanich. “Hay que mantener la expectativa hasta el último. La gente que lo quiere a San Martín seguirá acompañando al equipo mientras den los números”, expresó. Y aunque admitió que a la salida de la cancha se vieron rostros tristes, consideró que mayormente se fueron satisfechos: “faltó un poco de suerte para que entre la pelota, pero se generó juego”.
Pero el más optimista de todos fue Javier Maximiliano Díaz. “Vamos a salir, si Dios y la Virgen quieren. Hay que acompañar. Todos debemos estar unidos. Vamos a reaccionar y vamos a salir adelante”, aseguró, sin que la voz le tiemble ni un momento.