La Iglesia destruyó archivos sobre abusos sexuales

La Iglesia destruyó archivos sobre abusos sexuales

Mea culpa de los obispos en la cumbre antipederastia

EL ENCUENTRO. La cumbre comenzó el jueves y terminará hoy. EL ENCUENTRO. La cumbre comenzó el jueves y terminará hoy.
24 Febrero 2019

ROMA.- Los 190 jerarcas de la Iglesia católica convocados por el papa Francisco para participar en la cumbre antipederastia, celebrada en el Vaticano, entonaron el mea culpa en una liturgia penitencial. Durante la jornada de ayer, el cardenal alemán Reinhard Marx confesó que la Iglesia encubrió abusos e insinuó la posibilidad de eliminación del secreto pontificio para aquel tipo de casos.

La cumbre comenzó el jueves y finalizará hoy. En ella líderes religiosos y expertos discutieron sobre cómo la Iglesia católica debe poner fin a los abusos.

Durante la ceremonia, presidida por el Papa, se reconoció la culpa de los miembros de la Iglesia en los abusos y se pidió perdón a las víctimas. “Confesamos que obispos, sacerdotes, diáconos y religiosos en la Iglesia hemos ocasionado violencia a niños y jóvenes, y que no hemos protegido a quienes más necesitaban de nuestra ayuda. Hemos protegido a los culpables y hemos silenciado a los que han sufrido el mal. Confesamos que no hemos reconocido el sufrimiento de muchas víctimas, ni hemos ofrecido ayuda cuando la necesitaban”, reza la petición de perdón que leyó el cardenal y arzobispo de Wellington (Nueva Zelanda), John Dew.

En ese mismo acto, el presidente de la Conferencia Episcopal española, el cardenal Ricardo Blázquez, leyó ante todos los asistentes de la cumbre la guía para el examen de conciencia sobre su gestión de los abusos a menores sus países.

“¿Qué pasos se han dado en mi país para prevenir nuevas injusticias? -inquirió- ¿He hecho lo posible en mi diócesis para llevar justicia y reparación a las víctimas y a los que sufren con ellas?”.

Ocho víctimas de abuso participaron de la cumbre. La última de ellas compartió que “un abuso, de cualquier tipo, es la mayor humillación que un individuo puede sufrir”. “Uno debe enfrentarse al hecho de tener conciencia de no poder defenderse de la fuerza superior del agresor. No se puede escapar de lo que sucede, pero se debe soportar, no importa lo feo que sea”, señaló el joven de Chile. “Desearía que los agresores pudieran entender que son capaces de crear esta división en las víctimas. Por el resto de nuestras vidas”, agregó ante los presentes en la Sala Regia del Vaticano.

En la misa penitencial que siguió a continuación, el arzobispo de Tamale (Ghana), Philip Naameh, que presidió la ceremonia, reconoció que la Iglesia ha “derrochado” la confianza depositada por parte de los fieles en lo que se refiere a la gestión de los abusos sexuales e invitó a no sorprenderse ante la desconfianza o las críticas.

“No debemos sorprendernos si sufrimos un destino similar, si la gente habla mal de nosotros, si hay desconfianza hacia nosotros, si algunos amenazan con retirar su apoyo material. No debemos quejarnos de ello, sino preguntarnos qué debemos hacer de forma diferente”, señaló.

El cardenal Marx se pronunció a favor de una mayor transparencia y apertura de la Iglesia católica en el esclarecimiento de los casos de abuso, según indicó ayer el presidente de la conferencia episcopal germana en una reunión con el papa Francisco y otros altos representantes eclesiásticos en el Vaticano.

CENTRO DEL DEBATE. Dos hombres dialogan frente a la Basílica de San Pedro CENTRO DEL DEBATE. Dos hombres dialogan frente a la Basílica de San Pedro

En el marco de esta postura es necesario hacer públicas las cifras y la información detallada, agregó Marx. Lo que daña a la Iglesia no es la transparencia, sino los hechos y su encubrimiento, afirmó el cardenal germano. “El abuso sexual de niños y jóvenes se debe en gran parte al abuso de poder en el área de la administración”, enfatizó Marx. La administración eclesiástica no apoyó para que la Iglesia cumpla con su misión, sino que la “ensombreció” e imposibilitó: “Los archivos que podrían haber documentado estos hechos atroces y que habrían arrojado indicios sobre los responsables fueron destruidos o ni siquiera fueron elaborados”, subrayó Marx. Agregó que “en la era de las redes sociales, donde es posible que todos y cada uno establezcan contacto casi inmediatamente e intercambien información, es necesario redefinir la confidencialidad y el secreto, y hacer una distinción con respecto a la protección de los datos”. “Cualquier objeción basada en el secreto pontificio sería relevante solo si es posible indicar razones convincentes. Tal y como están las cosas, no conozco estas razones”, declaró Marx.

La Iglesia destruyó archivos sobre abusos sexuales

“Tolerancia cero”

El arzobispo Naameh advirtió que la reunión fue “solo un paso entre muchos” ya que todavía quedan “muchas dificultades” en la senda de la “tolerancia cero” que pretende erradicar la lacra de la pederastia. Señaló que todos los obispos y superiores de órdenes y congregaciones religiosas tienen un “largo camino por delante para aplicar todo esto de forma sostenible y adecuada”. Durante su homilía, comparó el camino que debe emprender la Iglesia con la parábola del hijo pródigo en el Evangelio. “Para él la situación empieza a mejorar cuando decide ser muy humilde, realizar tareas muy sencillas, y no exigir ningún privilegio. Su situación cambia a medida que se reconoce a sí mismo, admite haber cometido un error, se lo confiesa a su padre, habla abiertamente de ello y está dispuesto a aceptar las consecuencias”, reflexionó. En esta línea, insistió a los presentes “asumir responsabilidades”, demostrar que se rinden cuentas y establecer transparencia. “Nadie puede eximirse, nadie puede decir: pero yo personalmente no hice nada malo. Somos una fraternidad, somos responsables no solo de nosotros mismos, sino también de todos los demás miembros de nuestra fraternidad, y de la fraternidad en su conjunto”. (Especial)

Comentarios