Una mujer de 48 años sufrió un asalto cuando iba hacia su trabajo, en el cruce de Castro Barros con pasaje Bascary, en la capital. Un adolescente la atacó y le dejó heridas con un arma blanca.
“Esta no es la primera vez que sufro un robo, pero es la primera en la que casi paso a otro mundo”, dijo Roxana Elizabeth Collado. Ella es empleada del Poder Judicial, y salía hacia su trabajo la mañana del lunes, cerca de las 6. “Estaba yendo a la parada de colectivo en la Bulnes y da la casualidad de que se me rompe un zapato; pasé por un pasaje y vi a dos chiquitos que no conocía en una moto”, dijo a LA GACETA.
“Yo sé quiénes son los que salen a trabajar por la mañana, quiénes están en auto, etcétera, pero a estos chicos no los conocía. Me largué a correr y saqué mis llaves; paré en un departamento a media cuadra de mi casa y empecé a gritar que había ladrones; pensé que, como eran chiquitos se iban a asustar y se iban a ir”, continuó. “Uno se bajó de la moto y, como yo veía que no salía nadie y él se acercó, le empecé a pegar en la cara con mis llaves; entonces me empezó a dar con el arma blanca, una punta”.
El agresor detuvo el ataque y huyó cuando vecinos salieron en auxilio de Collado. “Por la adrenalina, yo no sabía que el puñal había entrado por varias partes de mi cuerpo”, reveló. Una ambulancia la llevó al Centro de Salud; tenía lesiones en el abdomen, en el costado derecho y en ambos brazos. Le dieron de alta horas más tarde.
“El 911 nunca fue, no existe”, dijo. El barrio es bastante inseguro. Los vecinos han contratado vigías para las noches (de 22 a 6), pero no fue suficiente para Collado, que fue atacada minutos después de que se fuera la guardia.
“Todos los días pasa algún evento; en la parada de colectivos, en las puertas de las casas, e incluso si pasás por los pasajes”, explicó Lucía Gordillo. “¿Presencia policial? Nunca; los vas a ver por la avenida América, pero acá nunca circulan”.