KABUL, Afganistán.- El mulá Hamdulá, uno de los comandantes talibán más importantes de la provincia de Uruzgán, murió ayer a la mañana en un ataque aéreo, según lo informó el jefe de la Policía provincial, el general Mohammad Azim Hashimi, en un comunicado difundido por Tolo News.
El ataque aéreo se realizó en las afueras de la ciudad de Tarinkot, capital de la provincia. Junto a Hamdulá fallecieron otros 22 milicianos, según las estimaciones de las fuerzas de seguridad.
Otros 10 milicianos más fallecieron en las últimas horas, según fue confirmado por otro lado a través del Ministerio de Defensa. Los hechos ocurrieron en diversos ataques aéreos de las fuerzas afganas en la localidad de Sayyad, en la provincia de Sar e Pul, en el norte de Afganistán.
La muerte de Hamdulá se inserta dentro de una nueva estrategia por la que fuerzas afganas, en cooperación con Estados Unidos. El objetivo es concretar ataques directos a los cabecillas de la insurgencia talibán. La premisa de las fuerzas militares es llegar a las diferentes provincias del país, para minar la moral y provocar el caos logístico entre sus filas.
Esta estrategia pretende reducir además el número de bajas civiles mientras los talibán y Estados Unidos prosiguen unas delicadas negociaciones para un acuerdo de paz que ponga fin a casi dos décadas de guerra en el país centroasiático.
Por otra parte, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) confirmaron que Estado Islámico mantiene cautivos a miles de civiles en su último bastión sirio. “Hay miles de civiles prisioneros de la organización yihadista”, afirmó FDS.