17 Febrero 2019
FUERA DE FOCO. Cómo pequeñas explosiones, las miles de luciérnagas que habitan en la reserva de Tlaxcala pintan de amarillo las noches de junio.
En el estado de Tlaxcala (México) existe un bosque capaz de aparecer y desaparecer cuando cae la noche. Una especie de poder que solo necesita de la mano de la naturaleza y sus cientos de pequeños habitantes luminosos.
Conocida cómo el “Santuario de las luciérnagas”, la reserva natural de Nanacamilpa ofrece un espectáculo único. El motivo es que, gracias a las condiciones climáticas de la zona, la floresta sirve cómo refugio a más de 80 especies endémicas de estos escarabajos luminiscentes.
Durante todo el año, los pequeños habitantes permanecen ocultos entre los frondosos pinos de la reserva hasta que -cuándo se acerca el mes de junio- deciden salir de su retardo para hacerse notar.
Explosiones amarillas
Al atardecer, los turistas comienzan a adentrarse junto a la guía por los senderos de madera. El recorrido comienza aproximadamente a las 19 y, tras un largo rato de caminata, sabemos que llegamos al corazón del bosque por la oscuridad que nos envuelve.
Sin poder identificar nuestro cuerpo o al resto de los acompañantes, sólo resta esperar los chispazos.
De pronto, cómo si aquellas 1.000 hectáreas de vegetación se convirtieran en una pista de baile, la danza de las luciérnagas comienza. Poco a poco, cientos de puntos luminosos color amarillo y verde pálido explotan entre los árboles y acompasan con sus enérgicos movimientos la noche.
¿Qué hay detrás esta idílica postal? Aunque los visitantes se sientan dentro de un cuento infantil, para las luciérnagas se trata de mera biología: aquellas luces titilantes forman parte del ritual de apareamiento de la especie.
El último acto
Luego de media hora de “búsqueda marital”, el avistaje termina alrededor de las 21.30 y las luciérnagas vuelven a ocultarse para dar inicio a su ciclo reproductivo. Es entonces cuando los espectadores se retiran, con algunos zumbidos de fondo, para acampar en las inmediaciones de la reserva o en alguno de los cinco ecohospedajes del pueblo. Nuevamente, hay espectáculos que solamente la naturaleza sabe ofrecer.
Huamantla es festival
Además de sus paisajes naturales, la localidad de Tlaxcala se caracteriza por su histórica “Feria de Huamantla”. Una fiesta patronal que se realiza en agosto, en honor a la Virgen de la Caridad, y viste al pueblo de colores.
Los turistas que visitan la comunidad en esa fecha son invitados a participar en esta procesión litúrgica conocida como “La noche que nadie duerme”. Su nombre se debe a que, cuándo el reloj marca las 12, los pobladores tapizan con alfombras de aserrín teñido de colores y arena las calles por donde pasará la Virgen al día siguiente.
Las flores son un complemento importante de la celebración y, para fortuna de los enamorados, tienen su propio desfile con carrozas alegóricas incluidas. En él, los pobladores tienen por tradición entregar rosas a sus seres queridos.
Además, existen en el cronograma otras actividades más arriesgadas como la histórica corrida de toros “Huamantlada”, una carrera de carcachas o peleas de gallos.
Por último, si nuestro plan es quedarnos algunos días en este pueblo, sólo resta visitar alguna de las haciendas pulqueras y tomar al aire libre un vaso de pulque.
¿Cómo llegar?
Para llegar hasta el “Santuario de las luciérnagas” desde Ciudad de México debemos manejar 160 km hasta el pueblo de Nanancamilpa. Desde ahí hasta la reserva es necesario recorrer 25 kilómetros más.
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