En muchas ocasiones, las palabras se convierten en nuestras enemigas cuando lo que sale de nuestra boca se malinterpreta o no suena tan bien como lo teníamos armado en nuestra cabeza. De eso se tratan los dichos de José Palazzo, organizador del Cosquín Rock, que en la conferencia de prensa del domingo pasado, al cierre del encuentro, dio una respuesta polémica ante la pregunta acerca del cupo femenino en el escenario. Esto es un proyecto de ley, que se presentó en octubre pasado y que indica la proporción de artistas mujeres que debe haber en los escenarios de festivales musicales públicos y privados; que en este caso de más de 130 bandas convocadas, se trataría del 30%.
La respuesta de Palazzo fue: “Si yo tuviera que poner el 30% tal vez no lo podría llenar con artistas talentosas y tendría que hacerlo sólo por cumplir ese cupo; esas artistas no estarían a la altura del festival y tendría que dejar afuera a otro tipo de talentos”. Luego de pronunciadas esas palabras, no faltaron minutos para que el controversial discurso abra el fuego y genere repudios de todos los sectores.
A una semana del evento cordobés quedó la incógnita de lo que realmente quiso decir el productor, a pesar de rectificarse con un twit aclaratorio de que “talento” hace referencia a “contenido artístico” y un pedido de disculpas “hacia las mujeres que se hayan sentido ofendidas por la publicación de un medio de comunicación que no respetó ‘el literal’”.
Mujer y rock
“Acerca de los dichos, no diré nada porque no los escuché de boca de Palazzo, y no considero que sea justo opinar”, fundamentó Santiago Caminos, cantante de Tripas Calientes. “Lo que sí puedo decir es que me parece un insulto hacia la mujer que la convoquen a tocar por un cupo, al igual que sería un despropósito que teniendo el merecimiento no sea llamada -recalcó-. Porque tanto hombre como mujer en el rock, como en la sociedad, deben ocupar puestos porque se lo merecen en lo profesional, en lo artístico o por talento”, sintetizó Caminos.
Talento o convocatoria
“Leí la nota y su descargo de arrepentimiento; si bien como dice Palazzo hay medios que distorsionan lo que se declara y dan pie a malas interpretaciones, considero que se equivocó”, comentó Fredy Galván, guitarrista de la banda de rock alternativo Laberinto. “Este tipo de productor ve el rock como un negocio, en el que no encontrás mujeres porque no se las acepta bajo la idea de que ‘no venden’, no porque no tengan el talento”, determinó Galván.
En la misma línea, Julio Arias, guitarrista de SED, y bajista y voz de Estonia, explicó: “Quizás fue un infortunio, que pone en evidencia algo que está naturalizado en nuestra sociedad. La meritocracia en la música no existe, sabemos muy bien que hay muchos artistas que no están a la altura de representar el rock nacional y están en esos escenarios -disparó-; en la música hay muchas cuestiones de trasfondo. En Tucumán hay muchas artistas mujeres, pero la proporción es menor en relación a los varones. Pero no es por falta de talento sino porque no se le da el espacio que se merecen”, agregó Arias.
Pioneras y nuevas
“Creo que habría que partir de quién mide el ‘talento’ para saber los parámetros en la elección de las bandas de rock. En lo personal noto con frecuencia que lo más buscado es la convocatoria, lo que genera que suban al escenario bandas de moda y las que llevan gente para que el negocio sea redituable. El cupo femenino está a la altura en todos los aspectos. En el ruedo tenemos a las clásicas y pioneras: Hilda Lizarazu, Claudia Puyó, Fabiana Cantilo, Celeste Carballo... y a las nuevas exponentes como Eruca Sativa, Gabriela Martínez, Alelí Cheval y muchas otras que tienen claro lo que es hacer rock”, definió Fernando Valdez, guitarra y voz de la banda Moskatto.
Del mismo modo, Exequiel Checa, trompetista de Rock And Lobos, afirmó: “lo que (Palazzo) causó con esta descalificación y discriminación hacia el talento femenino fue desenmascarar las reglas de juego de la industria, que prioriza a los convocantes para no correr riesgo en lo comercial”. Una vez más las mujeres son el eslabón más perjudicado, porque a todos los roles adjudicados en la historia ahora se suma el que les impide ‘competir’ de igual a igual en el sistema”, lamentó Checa.
“Es un discurso que responsabiliza a las mujeres por la falta de presencia en espacios que desde siempre les han sido negados”, describió Martín Landers, guitarrista de El Faro, y añadió: “si bien al leer la nota completa, Palazzo alude a que hay una falta de oportunidades para las mujeres, resulta contradictorio cuando al principio ante la pregunta hace referencia a que se trata de una cuestión de talento”.
“La repercusión y el impacto negativo de sus declaraciones era previsible en el contexto actual que vivimos, en el que la lucha de las mujeres se visibilizó, y también, al mismo tiempo, dejó expuestas las grietas que existen en el discurso cuando se quiere hablar de determinados temas”, puntualizó Landers.