El tercer gol de Godoy Cruz no sólo sentenció la lucha en el “Malvinas Argentinas” y tensó aún más la soga que San Martín tiene alrededor del cuello. Más allá de que Santiago García picó en posición adelantada y que el juez de línea y el árbitro Julio Barraza hicieron la vista gorda, ese toquecito de los jugadores “Tombinos” entre miles de piernas “santas” fue un pecado capital para un equipo que puso en juego un año entero de trabajo y toda la ilusión de sus hinchas. Miguel Merentiel entró como Juan por su casa al área para ajusticiar a Jorge Carranza y dejar al descubierto una serie de horrores que un equipo que lucha por salvarse del descenso no puede darse el lujo de tener.
¿Cómo es posible que las jugadas de los tres goles de Godoy Cruz hayan sido prácticamente calcadas? Que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra es una verdad tan cierta como que San Martín regaló el duelo disputado a los pies de la Cordillera. El equipo volvió a mostrar su costado más frágil, el defensivo; dejando en claro que el estilo Coyette no calza a la perfección, por lo menos para este tipo de situaciones.
A la hora de pelear el descenso, lo principal es mantener el arco en cero y el “Santo” no sólo no lo mantiene, sino que recibe por lo menos dos goles por partido. A este tipo de situaciones, se las capea armando una tela de araña en el medio, “ensuciando” los partidos, mordiendo en cada rincón del campo y siendo bien oportuno en cada chance de gol que se presenta.
Pero el San Martín “made in Coyette” hace todo lo contrario; por lo menos de un tiempo a esta parte. El medio es zona de paso; a raíz de ello la defensa recibe tarea extra, y como si todo eso fuera poco, debe generar demasiadas situaciones para poder gritar un gol. Debido a que los volantes no pisan el área y que los delanteros juegan demasiado aislados.
Por si todo esto no alcanzara, San Martín sigue necesitando que lo cacheteen para despertar. Siempre comienza a jugar cuando ya está en desventaja y, con el peso de una situación angustiante sobre sus hombros, levantar un partido se le hace realmente complicado. Eso quedó a la vista en Mendoza. Los jugadores parecían abatidos en el campo mucho tiempo antes de que el juez pitara el final.
“Vamos a dar pelea hasta el final”, fue el mensaje que salió desde adentro del vestuario post derrota con Defensa y Justicia. Y fue esa misma frase la que más se escuchó en la zona mixta del mundialista mendocino. Pero, ¿cómo dará pelea San Martín?
Números fríos
Los números son fríos y contundentes. Debe sumar 12 puntos sobre 21, lo que a esta altura y con el nivel de juego mostrado en los últimos duelos, tendría el rótulo de épico. Para colmo, perdió a Lucas Acevedo, lo mejor del fondo y debe prenderle velas a “Tino” Costa, el jugador diferente que puede darle algo de fútbol en el medio.
“Dependemos de nosotros”, fue otra declaración repetida. Pero eso no es una solución. San Martín debe ganar. Sus rivales en la lucha por la permanencia regalan puntos, pero si el “Santo” no consigue las 12 unidades, su destino estará en la B Nacional.
Otra cosa, más allá de que el equipo no viene jugando bien y que los puntos que deja en el camino son pura y exclusiva responsabilidad suya, el tema arbitral es otro tema importantísimo en este momento. Casi todas las fechas, recibe un fallo en contra y así, remar contra la corriente resulta imposible.
El viernes llegará Belgrano a La Ciudadela. Será una de las últimas oportunidades para un San Martín que no puede darse el lujo de dejar pasar esta chance. Debe ganar como sea para mantener encendida la llama de la esperanza. Pero para eso, deberá corregir ya mismo todos esos errores que le impidieron dejar la zona de descenso en todo el torneo. Porque la tabla deja en claro una cruda realidad: la campaña del “santo” es demasiado pobre como para soñar con mantenerse en la Superliga.