El contexto y el objetivo

Todo el mismo día. Decidió faltar a la reunión de los peronistas de Alternativa Federal (desde hace no mucho, alérgicos a lo “K”) y, a la vez, difundir su mensaje al PJ local, en el que va a fondo con su demanda de “unidad” en el peronismo. Juan Manzur se reivindicó kirchnerista y peronista, desempolvó sus credenciales de ministro de Salud de la Nación entre 2009 y 2015, elogió esas presidencias y fustigó a Mauricio Macri. Pero ese es el contexto. El objetivo es otro. Es el senador José Alperovich.

Claro que Cristina Fernández de Kirchner tiene muchos votos en Tucumán y que sumarlos es inestimable. Pero eso sigue siendo el marco del cuadro: los cristinistas recuerdan que Manzur dio por etapa superada al kirchnerismo; al igual que no olvidan que Alperovich sostuvo, a los seis meses de llegar a la Cámara Alta, que nunca había sido kirchnerista. Precisamente, que los dos compitan respecto de cuál es más “K” sólo es para la tribuna.

Lo que el pronunciamiento del jefe de Estado tucumano inaugura es una nueva etapa en su avanzada contra el alperovichismo. Cuando el senador anunció el 28 de octubre que disputará la gobernación por fuera del PJ (reflejo de alta intolerancia al acto del Día de la Lealtad), el oficialismo inició un desmantelamiento descomunal de los cuadros alperovichistas. Ahora, a la vuelta de las vacaciones, el manzurismo asume que al ex gobernador, prácticamente, nada de dirigencia lo acompaña. ¿Qué le queda a Alperovich, entonces? Flamear la bandera de Cristina. El objetivo es arriarle también ese pabellón.