Los empresarios piden un “pacto social” para el transporte, porque la tarifa debería costar $ 29
El vicepresidente de la Cámara del sector aseguró que la eliminación de los subsidios nacionales a las provincias fue “caótica” “El valor técnico del boleto nos da $ 29, pero ¿quién lo puede pagar? Debemos buscar una solución”, dijo Jorge Berreta, de Aetat.
Los empresarios del transporte público tucumano aseguran que la crisis del sector empeoró y que se requiere un “pacto social” entre el gobernador, Juan Manzur; el intendente de la capital, Germán Alfaro; el presidente del Concejo capitalino, Armando Cortalezzi; los empresarios y gremialistas para salvar el rubro y “equilibrar la ecuación”. “Es indispensable una reunión entre todos los sectores para llegar a una solución, porque sino la tarifa técnica nos da un boleto a $ 29 y a eso nadie puede pagarlo. Queremos buscar un punto de encuentro real y no político respecto a la tarifa”, alertó Jorge Berreta, vicepresidente de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat).
En una charla con LA GACETA en la sede de la Cámara empresaria, Berreta cuestionó que el Gobierno nacional haya eliminado los subsidios nacionales a las empresas del interior, pero los mantiene para sostener el transporte en la ciudad de Buenos Aires y en las 40 intendencias del conurbano bonaerense. La incógnita, como en los últimos veranos, se mantiene: ¿cuánto tiempo le queda al boleto de $ 15,50 antes de aumentar?
-¿Cómo fue la transición de los subsidios nacionales a los provinciales?
-El traspaso de los subsidios nacionales a las jurisdicciones ha sido improvisado. Perjudicó a todo el interior, en especial a algunas provincias del noroeste. Económicamente nos perjudicó. Sacar improvisadamente un subsidio mantenido por 16 años iba a salir mal. Y así fue. El transporte de pasajeros de la provincia funciona por la asistencia financiera de la Provincia y porque se superpuso con un subsidio atrasado de la Nación. Las empresas están trabajando a déficit.
-La Nación giró en 2018 unos $ 2.200 millones en subsidios, y este año la provincia girará unos $ 1.560 millones, ¿alcanza?
-El sector está más perjudicado y se verá aún más perjudicado el ciudadano que usa el transporte, porque la calidad se deteriorará. Inevitablemente alguien tiene que garantizar la ecuación económica del transporte, que es un servicio esencial. Entre subsidios al combustible, Sistau y CCCP (por el nombre de los fondos) percibíamos $ 2.200 millones anuales. Hoy vamos a recibir $ 130 millones mensuales y más la inflación, la devaluación frente al dólar... por supuesto que no podemos trabajar. Hay dos datos fundamentales que sirven de prueba. En un mes normal, los sueldos y las cargas sociales inciden entre un 55% y un 60% del total de ingresos. El gasto en gasoil tiene una incidencia de entre el 30% y el 35% de los ingresos. Esos dos ítems implican casi el 90% de los ingresos por subsidios, recaudación y demás. Si le agregamos el 10% de canon que cobra la firma ATOS por la tarjeta magnética, se nos acabaron los recursos. Eso es por la quita de subsidios al combustible, entre otros. El 25% de la flota consume 140 litros por día de gasoil Euro5, que pasamos de pagarlo a $ 10,50 subsidiado a $ 41 valor de surtidor. Lo mismo con el gasoil común (D500), que pasó de $ 10 a $ 38. A pesar de todo esto y de las críticas, fijate en los coches: la flota tucumana es mejor que la de Santiago del Estero o la de Jujuy.
-¿Cuál es la incidencia normal del combustible?
-Del 8 % al 11% debería ser la incidencia del gasoil en los ingresos.
-¿Cual es la situación en el AMBA (ciudad de Buenos Aires y conurbano)?
-La Nación mantiene los subsidios para las empresas, y los continúa asistiendo con el esquema “subsidios contra costos”. Es decir que se van incrementando a medida que aumentan los costos, no como aquí que estuvieron congelados. No vamos a ser ilusos, en esa zona están 4 de cada 10 votos del país. Hay una asimetría.
-¿Cuál es la salida?
-Es indispensable una reunión entre todos los sectores para llegar a una solución para el transporte público. Cometimos un grave error: por la vocación de servicio seguimos trabajando en condiciones que no nos garantizaban la ecuación económica. Por pedidos, por presiones. Ese fue el gran error. La única salida del transporte es el sinceramiento del Concejo Deliberante, de la Intendencia -encabezados por Coralezzi y Alfaro- y de la Provincia, para analizar el estudio de costos y sentarnos en una mesa junto con empresarios y gremialistas. Nosotros estamos resignados y vamos a perder parte de nuestros ingresos seguramente. Queremos explicarle la verdad a la ciudadanía, buscar un punto de encuentro real y no político, diciendo “esto debería valer” el boleto. Ver qué más puede aportar la Provincia, que puede aportar la municipalidad, para que el valor dl boleto sea menos. Necesitamos un pacto social para el transporte público.
-El boleto en la capital está a $ 15,50, ¿cuál es el valor técnico?
- Ronda los $ 29. Pero quién lo puede pagar. Por eso debemos sentarnos en una mesa y buscar una solución. A esto se suman los pasajeros que viajan gratuitamente. Por ejemplo, la Municipalidad quiere agregar el boleto universitario. Está perfecto que faciliten el estudio de los universitarios. Pero nos reconocen $ 5,10 por cada viaje, un tercio del valor del boleto. Si hay 57.000 universitarios diciendo que van a usarlo y viajaran 2 veces al día por 26 días, al costo de la tarifa actual -que está depreciada en un 70%- son unos $ 40.300 millones por mes. La Municipalidad pondrá $ 13.060 millones, ¿y los empresarios resignaremos $ 27.040 millones?. Necesitamos un sinceramiento, porque para hacernos cargo de esta medida mínimo podríamos analizar exenciones impositivas.
-¿Qué medidas más se pueden tomar?
-Se necesita un combo de medidas, no sólo es aumentar la tarifa, también hacen falta carriles exclusivos, exenciones... Si no hay medidas de fondo para el sector, estaremos como Santiago del Estero o como San Luis: las empresas están quebrando. Ahora están en situación de quebranto las más del 50% de las empresas. Para mejorar necesitamos hacer inversiones y para eso el sector necesita apoyo. El futuro es invertir en coches a GNC, y luego eléctricos. En este contexto, es imposible pensar en eso. Necesitamos sincerarnos, implementar una política de estado y enfrentar la realidad.