De venir de abajo y en silencio a comerse la cancha. De titular indiscutido a perderse entre los que no se concentraban. Y de la nada misma, nuevamente a entrar en un Atlético que en su debut en la Superliga versión 2019 lo vio bien parado y dispuesto a volver a construir su condición de hombre importante entre los elegidos por Ricardo Zielinski. Sin ir más lejos, ese puede ser el resumen de la carrera de Gabriel Risso Patrón en el “Decano”. Un ida y vuelta constante.
El monterizo entiende el juego. Un juego que lo tuvo apartado en su momento por decisión del propio entrenador, el mismo que confió en él como opción de Cristian Villagra, y que hoy le está dando la chance dejando en el banco a Mathías Abero, el refuerzo uruguayo del semestre pasado que le había ganado el puesto. Es casi como el juego de la silla. No se puede dar ventajas.
“Me sentí muy bien, en lo personal. Me sentí cómodo, contento porque volví a jugar. Ojalá pueda seguir este camino”, se ilusiona. Risso Patrón es una de las apuestas que Atlético hizo en inferiores. Hoy vuelve a darle dividendos, luego de una segunda parte de 2018 en el que prácticamente estuvo ausente en la Superliga: salió al campo frente a Racing (fecha 1) y Central (12). Después, dos juegos por Copa Argentina, con Tristán Suárez y Huracán, y dos por Copa Libertadores, en la histórica serie de octavos de final con Atlético Nacional de Medellín.
A sus cortos 23 años, el lateral izquierdo tiene una segunda oportunidad. “Es lindo empezar así. Jugamos bien. Ojalá el lunes volvamos a repetir”, elogia lo bien que estuvo Atlético ante el “Lobo” y se mete en el partido contra Patronato. “Es una final más”, acepta.
Y sobre su futuro solo quiere ir partido a partido.