“Quiero un volante por derecha, que pueda aportar en la creación de juego”. Fue uno de los principales pedidos que Gastón Coyette le realizó a Roberto Sagra antes de irse de vacaciones.
Durante la primera parte del campeonato, San Martín había sufrido la ausencia de un jugador de esas características y, salvo Emiliano Purita, nadie logró llevar algo de tranquilidad en ese sector del campo. Pasaron los días de pretemporada y durante la estadía en Buenos Aires, Gonzalo Lamardo se sumó al plantel.
Había comenzado la pretemporada con Boca, pero al ver que no iba a tener muchas chances de jugar como titular en el “Xeneize”, aceptó con gusto el ofrecimiento que llegó desde Bolívar y Pellegrini.
En pocas prácticas, casi que se ganó un lugar entre los titulares. En base a buen manejo, a velocidad, desequilibrio y una buena dosis de coraje, convenció al DT casi de la noche a la mañana.
Pese a ser zurdo, tiene buen manejo de la diestra y es por eso que Coyette decidió ubicarlo en el costado derecho del medio. Si bien casi que alternará constantemente las funciones con Rodrigo Gómez (comenzará jugando por izquierda), el mensaje es más que claro: enganchar hacia adentro para quedar perfilado de frente al arco y con el perfil más hábil.
Lamardo, junto a Julián Vitale, “Droopy” y Tino Costa, formarán un mediocampo “livianito” y de buen pie. Con ese cuarteto, mañana San Martín intentará quitarle la pelota a Tigre y manejarla a su antojo para intentar volverse con la victoria a La Ciudadela. Claro, el medicampo que ideó Coyette tiene más tendencia a atacar que a otra cosa. Pero según el volante nacido en Lincoln, provincia de Buenos Aires, eso no es un problema cuando de defender se trata. “En Boca nunca tuve drama a la hora de marcar. El sacrificio siempre es importante y no se puede dejar pasar por alto”, dice Lamardo, que sólo piensa en explotar en este semestre. “Estoy contento de esta chance, quiero aprovecharla con todo”.