El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó ayer que la crisis surgida en su país tras la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino del país “debe resolverse a través de la Justicia”. “Esto queda en manos del Poder Judicial. La Justicia es la madre de todas las virtudes republicanas. Es un tema que escapa a mis propias funciones”, afirmó Maduro en un discurso que dio durante una visita a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), dominado por el chavismo.
“Yo como jefe de Gobierno- siguió- pido que se haga justicia para que haya paz, democracia y estado de derecho”. Maduro había calificado a la conducta de Guaidó, quien es el jefe de la Asamblea Nacional (AN, parlamento) de autoplocarmarse presidente interino del país como un acto de “usurpación” y una intentona golpista ideada en Washington.
“Está en marcha una gran provocación dirigida por el imperio de Estados Unidos. Es (Donald) Trump el que quiere imponer un gobierno de facto, no queda duda. Es Trump con su locura de creerse policía del mundo”, denunció en su mensaje ante los magistrados del Tribunal Supremo. Aseguró que la intentona no tendrá éxito, debido a que en Venezuela existe una “unión cívico-militar garantizando la paz”.
También condenó la forma en que Guaidó juró como presidente interino, “en un acto político de calle, de una manera extravagante”. Dijo que vio en ese acto “un titubeante diputado, muy asustado, muy pero muy asustado, que asumió de la manera más informal y vulgar que se pueda pensar”. Guaidó se proclamó presidente encargado en Caracas. Los miembros del TSJ también dieron su apoyo a Maduro y denunciaron una intentona golpista con injerencia extranjera, aunque hasta antes de la reunión con el presidente no se había difundido ninguna resolución judicial en contra de Guaidó, quien se encuentra “bajo resguardo” en un lugar desconocido, según dijeron allegados del político.
Venezuela denunció ayer un golpe de Estado ante la Organización de Estados Americanos (OEA) durante una sesión del organismo convocada para debatir los acontecimientos en el país sudamericano. “En Venezuela se produjo un golpe de Estado por países que quieren justificarlo en esta organización”, afirmó la representante venezolana ante la OEA, Asbina Ixchel Marin Sevilla.
“Esta sesión -afirmó la diplomática venezolana- es un atropello a la Carta de la OEA. Ninguno de los actos que ocurran en este día de hoy tendrán validez para nuestro Gobierno y nuestra nación”, sentenció.
Respaldo al opositor
El apoyo internacional al autoproclamado presidente encargado de Venezuela creció ayer con el reconocimiento del Reino Unido y de España. Guaidó ganó apoyo diplomático desde Washington hasta Bruselas y de los gobiernos de América Latina, después de que el miércoles en una improvisada ceremonia se juramentó ante una multitud de simpatizantes que abarrotaban las calles de Caracas con la esperanza de un cambio.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó su apoyo a la Asamblea Nacional venezolana y pidió la celebración de elecciones libres en el país sudamericano, ateniéndose a la postura común de la Unión Europea.
Guaidó escribió en Twitter que en la llamada le expresó a Sánchez “la lucha que emprendimos junto a toda Venezuela” para lograr un gobierno “de transición y tener elecciones libres”.
Desde Londres, el canciller Jeremy Hunt dijo que Maduro no es el líder legítimo y que el Reino Unido creía que Guaidó es la persona correcta para conducir a Venezuela. Países como Portugal y Alemania no expresaron abiertamente su reconocimiento a Guaidó, pero respaldan a la Asamblea Nacional opositora, y expresaron que el país requiere nuevas elecciones.
Guaidó, sus seguidores y gran parte de la comunidad internacional creen que la asunción de Maduro el 10 de enero para un segundo mandato de seis años fue una usurpación del poder bajo el argumento de que las elecciones que lo consagraron no fueron democráticas porque no brindaron garantías para que la oposición se presentara.
Pero Maduro asegura que la elección fue justa y que la decisión de los partidos de oposición de boicotear refleja su falta de compromiso con la democracia.
Esta semana, unas 14 personas murieron en incidentes asociados a las manifestaciones opositoras en distintas partes del país, según un informe de las entidades no gubernamentales Observatorio Venezolano de Conflictividad Social y el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea). Y al menos 328 personas fueron detenidas, según el Foro Penal, otro grupo no gubernamental. (Télam-Reuters)