18 Enero 2019
El pánico nunca es buen consejero. Nunca una reacción saludable. Pero en el caso del hantavirus, ni siquiera es justificable en Tucumán: “no hay casos locales”, aseguró Romina Cuezzo, responsable a cargo de la Dirección de Epidemiología del Siprosa.
Claro que no hay que descuidarse... pero en ningún caso hay que hacerlo: el hantavirus (cada cual en su zona) es endémico: “anualmente se reportan 100 casos de infección por vía ambiental, por cepas distintas de la del brote de Epuyén”, aseguró Adolfo Rubinstein, secretario de Salud de la Nación. Eso significa que puede aparecer en cualquier momento... Entonces: ¿estamos en peligro?
“No, no hay que asustarse -añadió Cuezzo-. La provincia se mantiene bajo vigilancia epidemiológica todo el año. Y es esperable que aparezcan casos de vez en cuando, pero no hay brote en el NOA; sólo los casos aislados que son normales en la región. Lo que pasa es que ganan estado público de la mano del brote patagónico. Yo diría que hoy tenemos que preocuparnos más por el riesgo de dengue que por el hanta”.
En el NOA
“La variedad que circula en el norte no tiene antecedente de transmisión interhumana; la forma de contagio es la que se conoce desde siempre: a través de la materia fecal y la orina del ratón colilargo, o bien de su mordedura”, aseguró a Infobae la infectóloga Lilian Testón, coordinadora del Departamento de Epidemiología de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (Funcei), de Buenos Aires.
“La vía de contagio más frecuente es la inhalación, y ocurre en lugares cerrados donde la presencia de los ratones silvestres sea reciente. Es poco probable la infección por esta vía en lugares abiertos y expuestos al viento. El virus es lábil y no sobrevive demasiado tiempo en contacto con el medioambiente (algunas horas al sol y hasta 72 a la sombra).
Pero en lugares abiertos puede transmitirse por contacto con heces u orina, o por mordeduras.
“Los cuidados, que hay que tenerlos todo el tiempo, son siempre los mismos: mantener la higiene; no dejar restos de comida; guardar la basura en recipientes sólidos y con tapa (y si no hay recolección, quemarla o enterrarla a buena profundidad); instalar huertas y leñeras lejos del hogar; cortar pastos y malezas hasta un radio de 30 m alrededor de la vivienda; ventilar lugares cerrados antes de ingresar a ellos”, enumeró Cuezzo, y destacó que no sólo son medidas para protegerse del hanta, sino también de otras enfermedades transmitidas por roedores.
A quienes andan de vacaciones por zonas selváticas o boscosas, se les recomienda también caminar por sendas marcadas y con calzado; acampar en lugares autorizados, lejos de malezas y basurales, y no dormir directamente sobre el suelo.
Otro problema en puerta
“Estamos tan preocupados por el hanta que nos hemos olvidado del problema típico de esta época: las enfermedades que transmiten los mosquitos: dengue, fiebre amarilla, chikungunya... -destacó Cuezzo-. No tenemos hasta ahora, pero el recambio turístico ya se está produciendo, y están volviendo los turistas que han estado en zonas endémicas, como Brasil”.
Así que, como todos los veranos, repasemos: la clave para evitar estas enfermedades es eliminar los reservorios de agua donde los mosquitos se reproducen.
“Está siendo un verano muy lluvioso, así que los reservorios son muchos. Recordamos la importancia de eliminar recipientes donde el agua pueda estancarse; esos son los sitios peligrosos”, añadió Cuezzo. Y pidió a la población que si algún viajero presenta síntomas (fiebre alta, sarpullido y dolor en los músculos y las articulaciones), que empiezan unos tres días después d de la picadura, no se medique y consulte al médico con urgencia. Recordar que en caso de dengue una aspirina puede ser mortal...
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