Pizza, fernet y juegos de mesa
Quitando el celular de sus manos y remplazándolo por cartas, fichas y tableros, hay jóvenes que eligen los juegos de mesa como una alternativa entretenida para las juntadas con amigos, las fiestas improvisadas o las previas antes de salir al boliche. También, hay quienes organizan reuniones pura y exclusivamente para jugarlos.
Por Guadalupe Norte.-
Quitando el celular de sus manos y remplazándolo por cartas, fichas y tableros, hay jóvenes que eligen los juegos de mesa como una alternativa entretenida para las juntadas con amigos, las fiestas improvisadas o las previas antes de salir al boliche. También, hay quienes organizan reuniones pura y exclusivamente para jugarlos.
Es sábado y un grupo de jóvenes está reunido alrededor de una larga mesa, con algunos vasos de por medio (mitad alcohol, mitad gaseosa). La concentración es tal que ni siquiera prestan atención a la música de fondo y mantienen la mirada fija en el objeto que está entre sus manos. Aunque cueste creerlo, esta vez no se trata del celular.
Cartas con consignas extrañas, preguntas con una pizca de humor negro y desafíos que requieren de gran estrategia pero se ganan con suerte... Los juegos de mesa han regresado como una alternativa divertida para los jóvenes.
“Comúnmente nos juntamos a jugar con mis amigos una vez al mes. Podría decirse que nuestras reuniones se caracterizan por eso; más allá de las charlas, el centro son los juegos de mesa”, comenta Milagros Correa quien pasó por la ansiedad del “Tutti Frutti”, los gritos desaforados del “UNO”, y los intentos de dígalo con mímica y dibujos en 40 segundos del “Pentatlón”.
Emilia Villafañez es otra de las participantes de estas partidas que -con pizzas y Fernet de por medio- ya se convirtieron en un clásico que presta batalla a las redes sociales. “Es hasta sorprendente ver cómo nos desprendemos de la tecnología. Existen aplicaciones que proponen juegos colectivos pero nunca cambiaría la sensación de mover un par de fichas y anotar los resultados en el cuaderno”, confiesa Emilia.
La última adquisición del grupo fueron las cartas de “No lo testeamos ni un poco”. “El juego es delirante, viene con pocas instrucciones así que para ganar necesitas mucha picardía”, narra Milagros. Eso y grandes cantidades de humor ante las curiosas cartas que aparecen en el mazo. Algunos ejemplos son “La emboscada de gatitos” (donde unos gatitos se abalanzan sobre el último naipe jugado, cancelando su efecto) o la carta “¡Ganaste!” que te convierte automáticamente en el campeón de la partida... si sos el jugador más petizo.
Reír sin Wi-fi
Por la noche, Magalí Ladetto va a encontrarse con cuatro amigos. Cada invitado debe llevar un juego de mesa distinto y algunos suministros. A ella le tocan las papas fritas y el maní.
“Cuando estás con el tablero o cartas conectás de otra forma con las personas. Entre juego y juego, surgen las conversaciones, el mate o la cerveza. - detalla convencida Magali- Lo más lindo es la adrenalina del momento, es gracioso porque la gente se sobreexcita y quiere ganar.
A veces competencia encarnizada y otras simplemente un complemento para las fiestas y las noches entre amigos, estas sesiones de juego se transforman en un antídoto para el aburrimiento y la desconexión social. “Creo que perdimos la habilidad de relacionarnos sin un teléfono de por medio. Nos angustiamos si un mensaje no llega y nos enojamos si las respuestas son cortas. Siento que perdimos la esencia del encuentro y olvidamos lo lindo que es poder reír a carcajadas. Los juegos de mesa ayudan en este aspecto a empezar una buena charla y distendernos”, reflexiona Emilia.
Creatividad y dragones
Cómo cita fija en el calendario, una vez por semana Joaquín Fernández se adentra con sus seis amigos en el fantástico mundo de “Calabozos y dragones”.
Con una cuadrícula blanca por tablero y hojas de referencias donde debe anotarse la personalidad, voz y habilidades de los personajes, este juego de rol representa una verdadera oda a la imaginación. “Hay un participante que relata la aventura y, a partir de eso, se define el juego y las decisiones de los personajes”, describe Joaquín.
También, complementando el estilo handmade el equipo utiliza monedas, tapitas, soldados de plástico o dados para marcar las referencias.
Con shots y erotismo
Junto a los retos aleatorios existen juegos como “Toman todos” dedicados exclusivamente al momento de la previa y que usan cocktails en sus desafíos. Consignas como “mencioná dúos famosos de reggaetón sin repetir” hacen que las botellas se vacíen al instante.
Y, si el objetivo es caldear el ambiente, hay extensiones de juegos como “No lo testeamos ni un poco” con temáticas eróticas. Para los valientes, los desafíos pueden ser confesar accidentes sexuales, sacarse alguna prenda o relatar posiciones del Kamasutra.
“La primera vez que jugamos estábamos con gente de confianza pero hay cartas que quitamos por ser demasiado picantes. Éramos todos amigos y esas cosas no entraban en nuestros códigos”, admite Julieta Chocobar, una de las dueñas de ese fallido mazo que no verá la luz por un buen tiempo. Aunque, evitando las desilusiones, todavía quedan en la casa de Julieta más de 10 juegos de mesa que sientan de maravilla cuando alguno de sus amigos osa afirmar que está aburrido.