Los profesionales argentinos de las áreas de ciencia y tecnología son “buenos, bonitos y baratos”. Por su habilidad técnica y personal, el impacto de la devaluación en los salarios y una demanda de trabajo superior a la oferta, el personal capacitado en el rubro tecnológico o las ciencias duras sale con grandes perspectivas al mercado laboral.
Pablo Pereira, CEO de la firma de consultoría informática Everis, comentó que su empresa sumó 130 empleados en 2018. “A fines de 2017 trabajaban con nosotros 470 profesionales. Ahora tenemos una plantilla de 600 personas”, sumó. “Vamos a seguir tomando chicos que quieran hacer carrera en tecnología. Tenemos proyectos suficientes, incluso de exportación, como desarrollos y servicios para la banca y la industria de España y Estados Unidos”, informó.
Para 2019 Pereira prevé incrementar su planta permanente en Buenos Aires y también contratar gente en Tucumán y Mendoza. Sin embargo, rezongó por las dificultades para encontrar profesionales idóneos. “La demanda es superior a la oferta en el rubro tecnológico y en todo lo que es ciencias duras o ingenierías”, lamentó. Pereira explicó además que la devaluación del peso hizo que el costo laboral en Argentina baje. “Por eso el profesional argentino es ahora bueno, bonito y barato”, definió.
Sim embargo, el CEO de Farady Security, Martín Tartarelli, matizó esta definición. “El profesional argentino es ‘bueno, bonito y barato’ para empresas de afuera”, ironizó. “Las multinacionales requieren de muchos talentos y ponen sueldos muy competitivos. Eso hace difícil retener talentos en el contexto local. Además, existen empresas con base en Estados Unidos que brindan sueldos dolarizados a empleados de acá y hacen más complejo el escenario”, explicó.
El titular del Polo IT Buenos Aires, José María Louzao Andrade, coincidió con Tartarelli. “En este contexto recesivo, las empresas que producen para el mercado interno no pueden retener sus recursos más calificados debido al impacto de la devaluación. Más del 10% de los recursos trabajan en modo free lance para el exterior y cobran de 20 a 30 dólares vía tarjetas o plataformas de pago. Su salario de bolsillo va de 120.000 a 180.000 pesos”, calculó. Esta situación preocupa a Louzao: pronostica que si los profesionales free lance aumentan al ritmo actual por bastante más tiempo, habrá cada vez más concentración online e informalidad.
Por su parte, el director de Professionals de Randstad Argentina, Alejandro Servide, entiende que los argentinos cuentan con un perfil de habilidades que los hace muy atractivos para las organizaciones de diversas culturas. No se refirió sólo a habilidades técnicas, sino también a otras capacidades útiles en contexto inciertos. “Versatilidad, capacidad para la toma de decisiones, creatividad en las soluciones propuestas, manejo de situaciones complejas, buena respuesta en entornos de alta exigencia y, especialmente, adaptabilidad ante situaciones de crisis. El argentino es un resiliente por naturaleza y es buscado como ‘emergentólogo’”, interpretó.
Además, Servide comunicó que a la emigración la lidera el segmento de jóvenes profesionales sin hijos. “Son personas de entre 25 y 30 años tentadas por propuestas del exterior que combinan el desarrollo de la carrera con un salario superador en moneda fuerte. Las ofertas suelen incluir vivienda, auto y plan de salud, entre otros beneficios”, describió. (Télam)