“Que no panda el cúnico”. Las mensajes de alerta comienzan a despertar de la modorra de la siesta a más de un directivo de Atlético. Hay novedades importantes, como que se cerró la operación por la venta de Guillermo Acosta a Lanús, y que Luis Rodríguez pidió irse del club porque, según afirmaron desde el Monumental, “el jugador necesita cambiar de aire. Eso nos dijo él”. Que dos de los máximos referentes de este “Decano” que hizo historia en la B Nacional, en la Superliga y en las copas, Argentina, Libertadores y Sudamericana se vayan, eso sí que puso de los pelos a más de uno. Eso no es todo. Leandro Díaz tenía los dos pies en Belgrano, pero... Siempre hay un pero.
“Que no cunda el pánico”. Ahora sí. Puede sonar a frente de tormenta este cúmulo de noticias impactantes, pero no. En Atlético nadie se preocupa demasiado. Incluso ante esta situación Ricardo Zielinski mantiene la misma postura. No necesita refuerzos.
Amén de la serenidad del “Ruso”, lo único cierto es que Acosta ya se despidió de sus compañeros y que continuará su carrera en el “Granate”, con el que firmará por tres temporadas. El negocio fue redondo para ambos, para el club y para el polifuncional. El dinero de su venta irá íntegro a una caja fuerte: será invertido a futuro en el nuevo complejo de San Andrés.
“Lo vamos a extrañar, no es un futbolista que podamos encontrar en cualquier equipo. Se nos va una pieza fundamental, pero bueno. Si es por su bien, que así sea”. El lamento no proviene del cuerpo técnico, proviene del plantel mismo. “Bebé” era importante en la estructura móvil de Atlético, ante su facilidad para desempeñarse como lateral derecho, carrilero, volante central, extremo y hasta delantero. Le faltó cuidar el arco de Cristian Lucchetti y cartón lleno. Crack.
“Se lo merece”, asegura otro compadre de Acosta, segundos antes de hacer el check in en el hotel Hilton. Acosta no se concentró. Luis Rodríguez, tampoco.
El segundo goleador histórico del “Decano” con 130 gritos (Coya Michel tiene 209), no estuvo en la doble sesión de ayer, de hecho. Negociaba su posible nuevo contrato con Colón, mientras tejía su salida de Atlético. No está dicha la última palabra. Eso es lo que juran en 25 de Mayo y Chile. Zielinski, en paz. Nada lo voltea al “Ruso”.
El culebrón
“Nos dijo que quiere irse, que le hicieron un ofrecimiento muy bueno en lo económico y que él cree que es una buena oportunidad”. Quien reproduce las palabras del cantante del gol de Simoca es uno de los directivos que más mensajes recibió del ahora casi descartado candidato por el oficialismo (hace unos días Rodríguez se afilió al Partido Justicialista).
La encrucijada en su caso es doble. Por un lado, la CD tiene la presión de retener al ídolo, de 34 años recién cumplidos (el 1 de enero), pero por el otro no puede remar contra la corriente. Si “Pulguita” quiere irse y al “José Fierro” llega una oferta formal del “Sabalero” que signifique un ingreso de dinero a las arcas del club, le darán el OK. El problema es que un delantero de las cualidades de Luis Miguel no se reemplazan así nomás. Esa sí que puede ser otra baja sensible. Sin embargo, aunque parezca mentira, al “Ruso” no se le movió un pelo.
Un poco porque todavía no es un hecho la partida de “Pulguita”, y otro porque aún así confía en el material humano que tiene. Eso sí, si Rodríguez se va, Leandro Díaz, no. Esa es harina de otro costal.
La retención
Consumada la firma en la venta del 50% de su pase al “Decano” el viernes, Díaz no tuvo ni tiempo de enfocarse en nada. Al toque, pero al toque, Belgrano le nubló la panorámica con una oferta tentadora. En dinero, el triple de lo que cobra en Atlético. Pese a eso, el punta seguía en la disyuntiva de irse o no por seis meses.
La pelea por la titularidad no iba a ser sencilla, teniendo como rivales al propio Rodríguez, a Mauro Matos y a Javier Toledo, el goleador que pidió Zielinski y que casi no jugó el último semestre debido a que se recuperó de una operación de tendón de Aquiles.
Finalmente, Díaz iba a irse a Belgrano. Pero salió lo de “Pulguita” y su insistencia por fichar para Colón -aunque todavía no sea un hecho-. Entonces, el “Loco” decidió apostar por lo suyo. “Por Atlético y por consagrarse con esta camiseta”, respiró un dirigente que encontró dentro de un sábado intenso una buena noticia para darle a Zielinski.