En medio del conflicto entre trabajadores y empresarios, los usuarios del transporte público de pasajeros advierten que no podrán afrontar un nuevo aumento del boleto.
“Es mucha la plata que se gastaría si no se les da el subsidio a los colectivos. Yo utilizo el transporte público cuatro veces por día. Para ir a trabajar tomo las líneas 6 y 102. Para volver lo mismo”, cuenta Juliana Lora, mientras aguarda en una parada de San Lorenzo al 700. “No creo que el Gobierno se haga cargo de la situación”, amplía.
“Hay mucha gente que se va a perjudicar si esta situación no mejora; por ejemplo, los estudiantes. También la gente que trabaja en el comercio: llegan a gastar cuatro boletos en un día, es un sacrificio enorme. Por la situación del país y de la provincia no deberían pedir otro aumento. La tarifa de ómnibus ya aumentó dos veces en lo que va del año”, observa Silvia Hernández, ama de casa. “Sería abusar mucho de la gente. Además, los colectivos no están en buenas condiciones como para pedir semejante aumento”, dijo.
Rafael García, empleado de CCC, manifestó su postura al respecto: "No estoy de acuerdo con el aumento que quieren aplicar. La situación es bastante crítica, los que pagan es la gente trabajadora".
"Yo realizo cuatro viajes diarios y me resulta onerosa la tarifa que ya estamos pagando, además de que el servicio es bastante deficiente. Son muy pocos los colectivos con aire acondicionado y en buen estado”, añadió.
Los empresarios son los que deben solucionar entre ellos la situación, no pueden estar siempre pidiéndole al pueblo que los auxilie", agregó García.
“Los jubilados deberíamos tener gratis el servicio del transporte público. Se complica caminar y los taxis son para ocasiones especiales”, expresa Ana María Balsells, jubilada. “Uno no puede quedarse sin salir, los empresarios no quieren nunca sacrificarse, siempre es la gente”, se quejó la mujer.
Ezequiel Rodríguez, un estudiante que vive en Concepción, un aumento le representaría mayores inconvenientes.“Para la gente que vive lejos y tiene que tomar más de dos veces el colectivo se hace demasiado caro. No hay posibilidad que con el aumento uno dé abasto”, señaló.
Que los empresarios pidan plata al Gobierno sería no solo perjudicial para el Estado, sino que generaría una deuda más de las que ya tenemos", analiza Rodríguez.
La posibilidad de que mañana haya un nuevo paro en el servicio puso en alerta a los usuarios. Empresarios y gremialistas volverán a reunirse mañana al mediodía para encontrar una solución. Si no se les pagan los ítems adeudados a los empleados, UTA podría volver a adoptar medidas de fuerza.
“El paro de mañana no me afecta tanto porque ya no estoy con actividades. Sin embargo, me parece que tener que pagar una tarifa de $ 40 es una locura. En la mayoría de los países el transporte público está subvencionado", expresó Nicolás Enríquez, alumno de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Unsta). “Creo que las empresas privadas -como lo son las de colectivos- deben solventarse sin el aporte de absolutamente nadie. Ahí está la responsabilidad de los empresarios en saber manejar una empresa. El aporte del Estado sería un plus, pero no deberían confiarse de eso porque así como llega, también se puede ir", razonó.
Siempre al plato roto lo tiene que pagar la gente. Ni siquiera el Estado tendría que responder ante esto, ellos mismos deberían ser quienes solucionen su problema", cuestionó Enriquez.
“Trato de tomar dos veces el colectivo, a la mañana y a la noche. Si el transporte público llega a subir tendría que movilizarme caminando o en bicicleta porque la tarifa que están pidiendo es demasiado alta”, contó Gustavo Viaña. “Estaría bueno que subsidien el transporte en vista de que es algo que todo el mundo utiliza”, consideró.
Florencia Ibañez Dib, estudiante de Ciencias Económicas en la UNT, cree que el aumento debería ser menor al solicitado por Aetat. “Todos los días me tomo el 130 para ir y volver. Podría costear el aumento, pero ya me parece demasiado. No tengo otra manera de movilizarme. Sí pienso que se debería incrementar un poco el precio, pero no al doble como sería sin el subsidio”, afirmó.
“El gobierno tiene que ayudar a los empresarios así se les pueda pagar a la gente de UTA porque de otra manera son las personas las que terminan en quiebra. A menos que se genere un aumento en el sueldo de las personas, es difícil que se pueda pagar el presupuesto mensual que generaría el aumento de colectivo. Manejarse en auto y en moto es también un presupuesto que a la larga no conviene”, manifiesta Juan Viscarra, empleado en un comercio de la peatonal Congreso.
“El año pasado hicieron lo mismo en esta época. Es justo época de finales. Uno está preocupado por eso y en medio meten un paro de ómnibus y cambia todo porque no se sabe si se rinde o no. Para ir a la facultad me tengo que tomar dos ómnibus de ida, el 102 y 17, y para volver lo mismo", expresó con malestar Fiorella Bertani, alumna de la Facultad de Ingeniera de la UNT.
Luana Martínez, alumna que cursa el secundario, teme que un aumento le dificulte cumplir con sus obligaciones. “Mínimo dos veces al día consumo el transporte público. Si llegara a subir el precio no podría moverme, yo dependo de mis padres y vivo lejos como para caminar”, planteó.
“No tengo otra manera de moverme. Considero que el Gobierno sí debería ayudar a los empresarios, por lo menos si eso nos ayuda a nosotros a no tener que pagar más”, expresó Belén Osores, alumna de la Escuela de Bellas Artes de la UNT
“Como usuario no estoy de acuerdo. No creo que sea verdad lo que están diciendo, es todo una táctica de manipulación, una jugada. Es siempre lo mismo. No hay manera alguna que se pueda costear un pasaje de ómnibus a $40. Además los colectivos no están en condiciones, los vehículos son viejos, las frecuencias son terribles. El Estado no tiene porqué solventar a las empresas privadas", renegó Miguel López, trabajador independiente.
Bronca e indignación ante la posibilidad de un nuevo paro y, en especial, temor cuando escuchan hablar de que el boleto podría pasar a costar $ 40. Los usuarios del transporte público, en Tucumán, aguardan que los trabajadores, los empresarios y las autoridades logren un entendimiento antes de que se vean perjudicados.