“Luz” dice que no puede olvidar lo sucedido hace dos años en el despacho del diputado tucumano José Orellana. Ahora que las denuncias por abusos sexuales se visibilizan, ella ha decidido revelar su identidad: se llama Agustina Belén Poch. “Escondí mi nombre mucho tiempo; no tiene más sentido hacerlo, yo no hice nada malo”, dijo ayer telefónicamente a LA GACETA cuando se le consultó acerca del caso que denunció. Y siguió con lo que para ella es un calvario. “Es un proceso personal muy duro y desgastante. Se necesita mucha fortaleza para seguir con el proceso judicial”, señaló respecto del tiempo que le lleva a la Justicia definir su caso.
En 2016 Poch trabajaba en el Congreso como asesora de la entonces diputada socialista Gabriela Troiano. El hecho denunciado ocurrió el 11 de noviembre de ese año en el despacho de Orellana. Poch lo explicó: “fue entre la 1 y las 2 de la tarde. Lo recuerdo porque era el Día del Empleado Legislativo. Ese día no hubo asueto. Recibí el llamado telefónico de la empleada de seguridad de abajo, diciéndome que no se podía contactar con la oficina de Orellana y que había gente que quería ingresar”. Y siguió su relato. “Dejé el teléfono descolgado y fui a la oficina del diputado. Estaban él y su secretario. Saludé y entré, y el secretario se fue”, explicó. En ese momento ocurrió el presunto acercamiento de Orellana. “Me tomó de las manos, me preguntó cómo estaba, porque se había enterado de que ‘no me la estaban haciendo pasar bien’, que necesitaba alguien que me quiera… Me dijo ‘me encantás desde el primer día que te vi’ y me hizo anotar su número de teléfono”, acotó. Poch mantuvo la cronología del hecho. “Me pidió que le escribiera, que le contara cómo estaba. Que me veía mucho más flaca. Que estaba nerviosa y que bajara la ansiedad. En ese momento le dije que me iba. Me dijo ‘vení’, me dio como un abrazo y varios besos en el interior de la oreja izquierda, mientras me decía que nadie me había besado así. Yo le dije ‘no, claramente no’ y me fui de su despacho” , narró Poch.
La platense reconoció que el caso de Thelma Fardin la movilizó para continuar su lucha. “Es momento de decir no nos callamos más y no nos escondemos más”, postuló.
Poch manifestó que sus compañeros en el Congreso la apoyaron en todo momento. “Hoy me siento más segura para poder dar mi nombre. A esto lo hago para que no le pase a nadie más; para sentar un precedente y que a otras chicas no les ocurra lo mismo”, enfatizó.
Troiano, en tanto, dijo a nuestro diario que fue una de las primeras personas que se enteró de lo que le sucedió a “Luz”. “Ante la falta de mérito, ahora se sumaron dos declaraciones: la mía y la de Verónica Figueroa (psicóloga del equipo técnico del Observatorio y coordinadora de la secretaría de Género de Famaillá)”, indicó la ex diputada.
Según trascendió esa dependencia incorporaría más testimonios contra el diputado Orellana. “Hay decenas de chicas con iguales o peores circunstancias que Agustina”, manifestó María Elena Barbagelata, abogada de la joven que denunció al parlamentario famaillense.