Por Roberto Delgado y Gustavo Rodríguez 13 Diciembre 2018
LINEA 10. Los conductores de estos ómnibus fueron blanco de agresiones en los últimos días. la gaceta / foto de Analía Jaramillo (archivo)
“No se puede trabajar. Estamos totalmente desprotegidos. No le importamos a nadie, esa es la única verdad”, se quejó Ernesto Medina, chofer de colectivo antes de comenzar con el paro sorpresivo que realizó UTA por la inseguridad.
El ataque a un chofer de la línea 10 ocurrido ayer a la mañana movilizó a sus compañeros. Eran las 5.45. René López, de 27 años, circulaba por calle Buenos Aires al 3.800, en el barrio Crucero Belgrano. Con él estaba un compañero, José Rubén Ordóñez. No llevaba pasajeros. Se detuvieron cuando dos jóvenes le hicieron señas. Ni bien terminaron de abordar la unidad, uno de ellos sacó un cuchillo y los amenazó. Como les dijeron que no tenían nada de valor ni dinero, uno de los asaltantes lo atacó. Recibió varias puñaladas y fue trasladado al hospital Padilla.
López fue operado dos veces en menos de seis horas. La primera intervención fue para curarlo de las heridas que había sufrido en el hígado y en el pulmón. A media mañana, por una hemorragia, su cuadro se empeoró, por lo que tuvo que ser intervenido nuevamente. Al cierre de esta edición, sus condiciones eran críticas.
Los choferes dijeron que este no es un caso aislado y que por ello hicieron un paro, que se levantó tras la reunión con funcionarios y empresarios. “Fueron tres ataques en menos de seis días. No estamos a salvo nosotros ni los pasajeros”, dijo Pedro Ocaranza, también chofer de la Línea 10. Explicó que a un compañero le cortaron la mano en el barrio Elena White. El lunes, otro chofer fue atacado en San Cayetano y, ayer, López en el Crucero Belgrano. “Todos los ataques se produjeron a primera hora. No manejamos recaudación, en ese horario es muy raro que llevamos pasajeros y lo único que tenemos es un celular y $50 para comprar una gaseosa”.
A la tarde la Policía informó que había un detenido por el ataque. Ocaranza opinó que los asaltantes actúan violentamente bajo los efectos de la droga. “Nos atacan con una saña terrible. A una de las últimas víctimas le pegaron tres culatazos en la cabeza porque su celular era viejo”, aseveró.
El secretario de Seguridad, Luis Ibáñez, dijo que en la reunión de ayer entre choferes, empresarios y funcionarios se acordó que los patrulleros de cada zona “van a acudir a las terminales a la hora del comienzo del servicio”. César González, de UTA, especificó que “se va a controlar en todas las terminales desde las 3.30 hasta el amanecer”.
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