PARIS, Francia.- La presión de los manifestantes, de la oposición e incluso de sus propios correligionarios obligó al presidente francés, Emmanuel Macron, a dar marcha atrás en el aumento del combustible, luego de la batalla campal en París, el sábado, en la tercera semana de protestas protagonizadas por los “chalecos amarillos”.
Las protestas en toda Francia, dejaron 412 detenidos y 263 heridos, 133 de ellos en París.
El primer ministro, Edouard Philippe, anunció una moratoria de seis meses para la suba del gas, la electricidad y los combustibles, (inicialmente prevista para el 1° de enero). Es un guiño para las clases medias rurales francesas, las primeras en salir a protestar.
“Ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación”, dijo el premier francés, tras reunirse con el grupo parlamentario de la República en Marcha, el partido liberal francés con el que Macron llegó a la Presidencia.
El movimiento no tiene líderes ni ideología clara (de hecho, un buen número de sus componentes manifiesta ideas de extrema derecha) y surgió en la periferia de Francia, donde el transporte público es escaso y el auto es esencial.
Desde que salieron a las calles, los “chalecos amarillos” sumaron otros pedidos a la lista, entre ellos la suba del salario mínimo y la reintroducción del impuesto a la fortuna, suavizado por Macron, con la excusa de que así los ricos iban a invertir en el país.
Muchos también exigen la renuncia de Macron y parece poco probable que la protesta se desinfle, según dijo Yves Garrec, uno de los voceros, al diario “Le Figaro”. Lo que ocurre es que el movimiento fue cooptado en los últimos días por grupos más jóvenes y los que comenzaron ya no tienen el control de las protestas, explicó.
La oposición de izquierda y de extrema derecha, que se subió a la ola de los “chalecos amarillos”, también exige una vuelta a las urnas anticipada, pero sólo para renovar la Asamblea Legislativa. Los conservadores se conforman con un referéndum que resuelva si se da continuidad a las medidas que originaron las protestas. (Télam)