Esa costumbre “decana”
Ninguna lluvia puede opacar la fiesta en el barrio Vial. Los caminos de los hinchas de Atlético, previo al Monumental, conducen a la casa de Oscar Nieva, el heredero de “La Ramonita”, la mujer que con sus empanadas alimenta a los fanáticos que se llegan al pasaje Juan Cruz Varela al 1.700 para compartir la locura de ver al “Decano” disputar nuevamente un clásico oficial después de cinco años y siete meses.
Las previas en el Vial se volvieron en una costumbre para un grupo de 70 hinchas. Todos se conocen, son una familia. Para ellos cada partido es importante, pero contra San Martín tiene un condimento especial. Fueron 2.066 días los que tuvieron que esperar para volver a vivir el encuentro que todos los tucumanos querían ver en un campo de juego. Un clásico de Primera, algo que hasta hace unos años era impensado.
Ansiosos
La cita era a las 13, aunque algunos ansiosos llegan antes. Las latas pasan de mano en mano. El recuerdo de encuentros históricos y las anécdotas de viajes interminables también se comparten con el grupo de cumbia “Damas Gratis” como banda sonora. La tarde gris y pasada por agua, poco importa. Las banderas y la murga “Los Pitucos de 25” tiñen de celeste y blanco a un sábado histórico para el deporte de la provincia.
“Juntarse con los pibes antes del partido para hacer la previa es sagrado. Es una tradición en la que no puede faltar el alcohol”, aclara que Jorge Darío Córdoba. “Gomita”, como lo conocen sus amigos, reconoce que “no importa si se cae el cielo, hay que estar en la tribuna para alentar al equipo, como siempre”.
Pasan las horas y los nervios van en aumento. “Salen las últimas docenas”, se escucha gritar al anfitrión del evento, Oscar “Gula” Nieva, quien durante toda la semana estuvo en los detalles para que todos los invitados se encuentren con la casa en orden. Esa misma propiedad por la que hace unas semanas pasaron Luis Miguel “Pulguita” Rodríguez y Cristian Lucchetti, referentes y capitanes de un plantel acostumbrado a los éxitos, hace unas semanas para saludar a “La Ramonita” y dejarle un recuerdo que no tiene precio: una camiseta con sus firmas. “Esto es una familia. Si una mira a su alrededor, son todos amigos. Nos conocemos de la cancha. Y esto no es de ahora, viene desde la década pasada, cuando jugábamos en el Torneo Argentino A y la institución no pasaba por un buen momento. Aquí nos juntábamos a soñar con lo que podía pasar y hoy lo estamos viviendo. ‘Siempre estuvimos y siempre estaremos’, es nuestro lema y lo respetamos de pie a cabeza”, relata Nieva.
Y lo que dice “Gula” es cierto. Hay amigos de amigos. Hay padres con hijos. Hay mujeres. Todos compartiendo. Algunos comen las últimas especialidades de la casa, mientras que otros sacan un asado a punto. Es un clima distendido que hace olvidar el tono oscuro que toma por ratos el “folclore del fútbol”.
Definitivamente no es la jornada que todos imaginaban. La llovizna se hace intensa, pero ahí es cuando la banda “Deca Stones” empieza a sonar para que los hinchas acompañen con cánticos. El ambiente de cancha se empieza a sentir y los muchachos se ponen cada vez más ruidosos. Es el momento de ver a los verdaderos protagonistas, los jugadores. Aunque como mensaje final uno “decano” aclara que poco importa lo que pase en el campo de juego: “no sólo son 90 minutos, es toda una vida”.